domingo, 6 de noviembre de 2011

Espanyol 0 - 0 Villarreal

Villarreal arañó un punto de Cornellá-El Prat ante el Espanyol, con diez desde el minuto 74 por la expulsión de Forlín, con un planteamiento puramente defensivo en la primera parte, reservando todo su fútbol para los últimos quince minutos con un Hernán Pérez muy activo.

Los de Garrido necesitaban puntuar tras la eliminación de Champions y la enorme plaga de bajas y salieron al césped a esperar a los 'pericos'. El conjunto catalán mostró una de sus mejores partidos como local, sobre todo en la primera parte, pero faltó el gol pese a los dos penaltis que reclamó la grada al colegiado.

Tras un tiro desde la frontal de Borja Valero, en el minuto dos, el balón fue en exclusiva del Espanyol. El juego de bandas y la velocidad en las combinaciones blanquiazules acorralaron al Villarreal. Los catalanes incluso metieron miedo a los amarillos con un tanto, bien anulado, de Héctor Moreno tras un centro de Dátolo en el doce.

La imagen de los futbolistas de Garrido era muy pobre. Pesaban mucho las siete bajas de hombres clave y la eliminación de la Champions League. Marco Rubén apenas disfrutaba de ocasiones mientras el resto de sus compañeros se limitaban a esperar las constantes acometidas locales, con mucha movilidad arriba.

Todo el fútbol de la tarde lo ponía el Espanyol: las diagonales de Sergio García, los centros de Dátolo y Javi López, los intentos de Romaric, en el doble pivote, desde la frontal y las incursiones de Álvaro. Del Villarreal no había noticias, que aunque sólo defendía seguía vivo en Cornellá-El Prat.

La segunda parte empezó con caliente: la grada pidió penalti por un empujón de Musacchio a Álvaro dentro del área en el 54. Y un minuto después De Guzmán, que por un palmo no remató en el área pequeña, obligó a Cristian Álvarez a anticiparse. El Espanyol estaba alertar pero el ritmo de los de Garrido crecía.

Hernán Pérez aprovechó esta buena dinámica y disfrutó de la mejor ocasión en el 60. El paraguayo arrancó desde la derecha y se fue de Dídac y Héctor Moreno. Su pase no lo aprovechó Marco Rubén, pero bastó para dejar helado a la grada blanquiazul. Era la mejor ocasión hasta entonces del Villarreal.

El partido había cambiado. Al Espanyol le entraban las prisas por recoger su premio y descuidaba el orden de la primera parte. Existían más espacios y el rival, ahora sí, pisaba con frecuencia el área rival. Pero había más. Forlín acabó expulsado en el 74 por una doble amarilla, la segunda por una entrada a Oriol.

Los jugadores 'pericos' pedían manos dentro del área de Catalá, algo que no ayudó a calmar una grada enfurecida con el estamento arbitral. Pero el Villarreal iba a la suya. De nuevo Hernán Pérez, en el 77, sacaba toda su electricidad para dejar sentada a media defensa de Pochettino e intentar un tiro cruzo a la a escuadra.

En la siguiente jugada, Marco Rubén puso a prueba los nervios de los catalanes con un remate de cabeza que se fue por arriba del larguero. El Villarreal había concentrado todo su fútbol en estos últimos 15 minutos. El Espanyol, por su parte, se agarraba a los balones largos y a acciones individuales casi a la desesperada.

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