jueves, 22 de diciembre de 2011

Copa del Rey Atlético Madrid 0 - 1 Albacete

Atlético de Madrid sufrió el enésimo fracaso de la temporada, quizá el más humillante en esta campaña, en la que se quedó fuera de la Copa del Rey contra el Albacete, un Segunda División B que venció 0-1 en el Vicente Calderón, en la despedida de Gregorio Manzano como técnico del equipo rojiblanco

Ya ha tocado fondo el conjunto madrileño. En las próximas horas o mañana será destituido Manzano, sentenciado desde hace semanas al frente del banquillo, y probablemente llegará el argentino Diego 'Cholo' Simeone, el revulsivo ideado por la directiva para reflotar un equipo en crisis total, sin Copa del Rey y décimo en la Liga.

No contaba el Atlético con un gol tan rápido en contra. Ni en sus peores pesadillas hubiera imaginado un panorama peor. Del 2-1 de Albacete, en la ida, se pasó al 0-1 a los 22 segundos de la vuelta en el Calderón, cuando Víctor Curto batió a Sergio Asenjo desde la frontal del área. Había sacado de centro el equipo rojiblanco.

Sin José Antonio Reyes ni Arda Turan, el primero fuera de la convocatoria por decisión técnica y el segundo por una gripe, pero con prácticamente el resto de su once tipo sobre el terreno de juego, como el colombiano Radamel Falcao, el brasileño Diego Ribas o Adrián López, al Atlético le esperaba una misión mucho más difícil.

Necesitaba tres goles para eliminar al Albacete, un Segunda División B que ya demostró hace dos semanas en el Carlos Belmonte su capacidad para derribar a un decepcionante conjunto madrileño y que apostó por la colocación, por la intensidad y por la presión para firmar una hazaña impensable en los dieciseisavos de la Copa.

El Atlético intentó ponerse manos a la obra. No jugó bien ni protagonizó las ocasiones previstas ante un rival dos divisiones inferiores, solo incrementó su intensidad con el 0-1 sobre la portería de Campos, al que inquieto sólo en dos remates, uno de cabeza del uruguayo Diego Godín y un uno contra uno de Adrián López.

Ya habían pasado treinta minutos. Quedaba una hora y el Atlético aún no había demostrado, ni lo demostró, su teórica superioridad ni argumentos suficientes para la remontada, sólo balones templados al área, los más fáciles de despejar para la zaga visitante, siempre en las mejores condiciones para frenar los intentos rivales.

No lo consiguió antes el equipo rojiblanco, atascado ante la corrección defensiva de su oponente, con Gabi y Koke, dos medios centros, en una intranscendente posición escorada a cada una de las bandas y sin extremos, quizá le mejor fórmula para desmontar el repliegue del Albacete, apenas sin sobresaltos con el paso del tiempo.

Incluso, Asenjo salvó el 0-2 ante Tete, al que le salió un tiro demasiado centrado, en el cierre de la primera mitad y como anticipo del segundo tiempo, en el que Manzano prescindió de Diego para dar entrada a Pizzi, fuera de la convocatoria en los tres últimos duelos y hoy el recurso del técnico para dar la vuelta al choque.

No hubo noticias del Atlético en ataque. Ni con Falcao, inadvertido, siempre superado por la defensa del Albacete, ni con Adrián, activo pero sin suerte, ni mucho menos con las subidas del los laterales: Filipe Luis avanzaba con la banda sin relevancia, incapaz de sortear rivales y de poner un centro en condiciones.

Todo se cerró con la eliminación, con un fracaso mayúsculo, increíble por el presupuesto, la supuesta calidad en la plantilla local y la entidad de los dos equipos, pero coherente con lo visto sobre el césped, con las ideas claras del Albacete, que tiró más a portería en el inicio del segundo tiempo. Y con mucho más peligro.

No reaccionó el Atlético, como en otras tantas ocasiones de este curso, y selló su fracaso más sonoro de las últimas temporadas, una vergonzosa derrota y eliminación en casa ante el Albacete, en los dieciseisavos de la Copa del Rey, una competición que ya no contará con el equipo rojiblanco, a años luz de la altura de su historia.

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