El fútbol se impuso ayer en el pulso de la Liga Profesional española contra la emisión obligatoria de partidos en abierto, en un nuevo intento frustrado de la patronal de clubes de recurrir al cierre de la competición para lograr sus objetivos.
La decisión de la jueza de Madrid Purificación Pujol de admitir las medidas cautelares planteadas por seis clubes forzó la suspensión de la huelga convocada por la Liga de Fútbol Profesional (LFP).
La suspensión implica que el próximo fin de semana habrá jornada normal de Liga en Primera y en Segunda división.
Con la medida cautelar, pedida por los clubes Athletic de Bilbao, Real Sociedad, Zaragoza, Espanyol, Sevilla y Villarreal, la jueza suspendió la eficacia del acuerdo adoptado el pasado 11 de febrero por la Asamblea de la LFP de parar la competición el próximo fin de semana.
Un día después de celebrar una vista con las partes, Pujol sentenció que "debe permanecer inalterado el calendario oficial de la Liga" en Primera y Segunda División para la próxima jornada, por lo que la patronal no podrá lleva a cabo el parón.
La LFP había promovido el paro al no alcanzar acuerdos con el Gobierno sobre una serie de reivindicaciones, la principal referida a la obligación legal de ofrecer un partido en abierto cada jornada.
Pero los seis equipos mencionados anteriormente reclamaron medidas cautelares para que dicho acuerdo no fuera vinculante y fuera declarado nulo, con el objetivo de que la huelga no se pudiera realizar.
La LFP acató la resolución judicial y subrayó que, a pesar de las discrepancias, todos los clubes y sociedades anónimas deportivas que la componen "mantienen las reivindicaciones".
Tras conocer la decisión judicial, la Liga procedió a la inmediata comunicación de los horarios y fechas de la jornada 30 de Primera y la 32 de Segunda, al tiempo que el Organismo Nacional de Loterías y Apuestas ponía a la venta los boletos de la Quiniela y del Quinigol.
"Es un gran día para el fútbol. Estamos muy felices de que se juegue la jornada", afirmó José Manuel Llaneza, vicepresidente del Villarreal, uno de los seis equipos en desacuerdo con la huelga.
En cuanto al partido en abierto, existente sólo en España desde 1997, la Liga sostiene que es una expropiación de derechos a los clubes sin contraprestación, que supone unos 150 millones de euros (210 millones de dólares) al año, según su presidente, José Luis Astiazarán. EFE
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