Luis Enrique Martínez fue presentado ayer como nuevo seleccionador español. Recibido entre aplausos, el técnico agradeció la confianza.
“La idea es evolucionar continuamente. Ahora hay muchas decisiones que tomar”, añadió el reemplazante de Fernando Hierro, que asumió el cargo tras la abrupta salida de Julen Lopetegui antes del Mundial.
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viernes, 20 de julio de 2018
lunes, 16 de julio de 2018
España obtiene el premio “Fair Play”
La selección española fue galardonada con el premio Fair Play del Mundial. La Roja se fue del torneo con sólo una tarjeta amarilla, la que vio Sergio Busquets en el primer partido ante Portugal. Es la tercera vez que recibe esta distinción tras conseguirla en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010.
Según las estadísticas, España hizo 32 faltas en los cuatro partidos que disputó.
miércoles, 11 de julio de 2018
Nuevo DT de España Toma el mando
El exentrenador de Barcelona, Luis Enrique Martínez, fue designado como nuevo entrenador de la selección española tras la abrupta destitución de Julen Lopetegui en las vísperas del Mundial de Rusia. "Se ha aprobado con unanimidad la contratación de Luis Enrique como seleccionador para los próximos dos años", señaló en una rueda de prensa el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales. Ganador de dos ligas y una Liga de Campeones en el banquillo azulgrana, Luis Enrique toma las riendas de una selección en horas bajas, sacudida todavía por la destitución de Julen Lopetegui, dos días antes de empezar el Mundial.
Un proceso nuevo. Dirigida interinamente por el director deportivo de la RFEF, Fernando Hierro, España cayó en octavos de final ante el país anfitrión, consumando su tercer fracaso consecutivo en un gran campeonato internacional, tras el Mundial de Brasil-2014 (eliminación en la fase de grupos) y la Eurocopa-2016 (derrota ante Italia en octavos). "Lo que necesita la selección es un entrenador que haya tenido éxito, que sea un entrenador moderno, que sepa que no hay que variar mucho el estilo de jugar", había avanzado el nuevo director deportivo de la RFEF, José Francisco Molina. Con 62 internacionalidades en su etapa como jugador, Luis Enrique, de 48 años, empezó a despuntar como entrenador en el filial del FC Barcelona antes de dar el salto a la élite al frente de la Roma durante la temporada 2011-2012. Después de brillar en el modesto Celta de Vigo, en 2014 volvió a un Barcelona en declive, que por primera vez en seis años había cerrado el curso sin títulos de envergadura y cuyo estilo de juego combinativo parecía estar agotado.
Le dio su toque. Manteniendo fidelidad a la filosofía de toque pero aportando mayor verticalidad, especialmente gracias al tridente ofensivo formado por Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar, Luis Enrique consiguió en su primer año la Liga, la Copa del Rey y la Champions (2014/2015). Después de conseguir otra Liga y dos Copas del Rey más, dejó Barcelona en junio de 2017 y desde entonces se encontraba sin club. Aunque tenía suculentas ofertas sobre la mesa, Luis Enrique se decantó finalmente por el banquillo de la selección. "Me gusta el compromiso que he notado de dejar pasar otras oportunidades que superaban en mucho a la de la Federación", señaló Rubiales, probablemente un recado velado a su antecesor.
Ya tiene definido el panorama. La misión de Luis Enrique es la misma encargada a Lopetegui al reemplazar a Vicente del Bosque: evolucionar su juego para que la aplastante posesión se traduzca en oportunidades de gol y rejuvenecer el equipo. Con Andrés Iniesta retirado de la selección tras este Mundial y otros componentes clave del extinto éxito español rebasando la treintena, como Sergio Ramos, Gerard Piqué o David Silva, Luis Enrique deberá conformar una nueva columna vertebral para la "Roja". Desde los despachos lo ayudará el nuevo director deportivo, José Francisco Molina, exportero del Atlético de Madrid y Deportivo de la Coruña y coetáneo suyo en la selección española.
9 Títulos
Cosechó al frente de Barcelona. Llegó en 2015 y dejó el equipo en 2017.
48 Años
Tiene el nuevo estratega de la selección española. Debutó como DT en 2008.
Un proceso nuevo. Dirigida interinamente por el director deportivo de la RFEF, Fernando Hierro, España cayó en octavos de final ante el país anfitrión, consumando su tercer fracaso consecutivo en un gran campeonato internacional, tras el Mundial de Brasil-2014 (eliminación en la fase de grupos) y la Eurocopa-2016 (derrota ante Italia en octavos). "Lo que necesita la selección es un entrenador que haya tenido éxito, que sea un entrenador moderno, que sepa que no hay que variar mucho el estilo de jugar", había avanzado el nuevo director deportivo de la RFEF, José Francisco Molina. Con 62 internacionalidades en su etapa como jugador, Luis Enrique, de 48 años, empezó a despuntar como entrenador en el filial del FC Barcelona antes de dar el salto a la élite al frente de la Roma durante la temporada 2011-2012. Después de brillar en el modesto Celta de Vigo, en 2014 volvió a un Barcelona en declive, que por primera vez en seis años había cerrado el curso sin títulos de envergadura y cuyo estilo de juego combinativo parecía estar agotado.
Le dio su toque. Manteniendo fidelidad a la filosofía de toque pero aportando mayor verticalidad, especialmente gracias al tridente ofensivo formado por Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar, Luis Enrique consiguió en su primer año la Liga, la Copa del Rey y la Champions (2014/2015). Después de conseguir otra Liga y dos Copas del Rey más, dejó Barcelona en junio de 2017 y desde entonces se encontraba sin club. Aunque tenía suculentas ofertas sobre la mesa, Luis Enrique se decantó finalmente por el banquillo de la selección. "Me gusta el compromiso que he notado de dejar pasar otras oportunidades que superaban en mucho a la de la Federación", señaló Rubiales, probablemente un recado velado a su antecesor.
Ya tiene definido el panorama. La misión de Luis Enrique es la misma encargada a Lopetegui al reemplazar a Vicente del Bosque: evolucionar su juego para que la aplastante posesión se traduzca en oportunidades de gol y rejuvenecer el equipo. Con Andrés Iniesta retirado de la selección tras este Mundial y otros componentes clave del extinto éxito español rebasando la treintena, como Sergio Ramos, Gerard Piqué o David Silva, Luis Enrique deberá conformar una nueva columna vertebral para la "Roja". Desde los despachos lo ayudará el nuevo director deportivo, José Francisco Molina, exportero del Atlético de Madrid y Deportivo de la Coruña y coetáneo suyo en la selección española.
9 Títulos
Cosechó al frente de Barcelona. Llegó en 2015 y dejó el equipo en 2017.
48 Años
Tiene el nuevo estratega de la selección española. Debutó como DT en 2008.
domingo, 8 de julio de 2018
España: Fernando Hierro deja de ser director deportivo de la Federación
Fernando Hierro y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) comunicaron este domingo que, pese a tener el primero contrato en vigor como director deportivo, sus caminos se separan, circunstancia en la que la institución le agradece “su compromiso y sentido de la responsabilidad”.
El último seleccionador español de fútbol, cargo que ocupó en el Mundial de Rusia tras la salida de Julen Lopetegui, Hierro “declina regresar a su anterior cargo como director deportivo de la RFEF para buscar nuevos horizontes y emprender nuevos retos profesionales”, según una nota de la RFEF.
“Después de muchos kilómetros caminando juntos, la Real Federación Española de Fútbol y Fernando Hierro ponen fin a su relación una vez finalizada la participación de España en el Mundial de Rusia”, añade.
Tras dos etapas como director deportivo de la Federación, la primera entre 2007 y 2011 -cuando España ganó la Eurocopa de 2008 con Luis Aragonés como seleccionador y el Mundial de 2010 con Vicente del Bosque- y la segunda desde noviembre de 2017 hasta ahora, la RFEF “quiere agradecer a Fernando Hierro su compromiso y sentido de la responsabilidad al ponerse al frente del combinado nacional en unas situaciones extraordinarias, así como en el desempeño de todas sus funciones en la que siempre será su casa”.
La Federación, que destaca “los valores profesionales y humanos de un extraordinario deportista al que desea la mejor de las fortunas”, hace a continuación un repaso por la vida profesional de Fernando Hierro y destaca sus “89 partidos con la selección nacional, en los que marcó 29 goles, participando en los Mundiales de 1990, 1994, 1998 y 2002 y en las Eurocopas de 1996 y 2000”.
La trayectoria como jugador y entrenador y “la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo, que le fue concedida en 2002”, completan la nota, que finaliza con un enfático “¡Gracias por todo, Fernando!”.
miércoles, 4 de julio de 2018
Ramos critica a su titular federativo por inestabilidad
El capitán de la selección española, Sergio Ramos, lanzó una crítica indirecta al presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, que tomó la decisión de despedir a Jalen Lopetegui a dos días del inicio del Mundial.
“No voy a valorar los actos ni las decisiones, pero la inestabilidad nunca es buena compañera”, escribió.
“No voy a valorar los actos ni las decisiones, pero la inestabilidad nunca es buena compañera”, escribió.
martes, 3 de julio de 2018
Selección española ya está en casa
La selección española de fútbol llegó ayer a Madrid, al día siguiente de perder ante la anfitriona en los octavos de final del Mundial de Rusia2018.
El avión en el que viajó la expedición aterrizó en el Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid-Barajas a las 16:30 de Bolivia. El vuelo tenía previsto tomar tierra en la T1 a las 13:30, pero un retraso en su salida hizo que finalmente lo hiciera dos horas más tarde.
La delegación española se marchó ayer abatida y con caras de tristeza en sus 23 jugadores de Krasnodar, donde tuvo su residencia durante su participación en el Mundial hasta ser eliminada por Rusia en los octavos de final.
Las caras largas digiriendo un duro momento en todos los jugadores fue la imagen extendida entre la delegación española. EFE
El avión en el que viajó la expedición aterrizó en el Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid-Barajas a las 16:30 de Bolivia. El vuelo tenía previsto tomar tierra en la T1 a las 13:30, pero un retraso en su salida hizo que finalmente lo hiciera dos horas más tarde.
La delegación española se marchó ayer abatida y con caras de tristeza en sus 23 jugadores de Krasnodar, donde tuvo su residencia durante su participación en el Mundial hasta ser eliminada por Rusia en los octavos de final.
Las caras largas digiriendo un duro momento en todos los jugadores fue la imagen extendida entre la delegación española. EFE
domingo, 1 de julio de 2018
Hierro, en tono de despedida tras derrota: "Es, o ha sido, un placer"
El seleccionador de España, Fernando Hierro, no quiso aclarar su voluntad de seguir al frente del equipo tras la derrota en los penales ante Rusia en los octavos de final del Mundial 2018, aunque lanzó un mensaje que sonó a despedida.
"Es, o ha sido, un placer. Seguir no es decisión mía. Después de una eliminación lo mío es lo de menos", dijo a Telecinco el entrenador, que llegó al cargo dos días antes de comenzar el torneo tras el despido de Julen Lopetegui.
Aún así, Hierro insistió en agradecer a sus jugadores por el trabajo a pesar de la eliminación.
"El esfuerzo de los chicos ha sido espectacular. Ya dijimos que a partir de octavos ya no tienes margen de error. El equipo se ha comportado de una forma profesional y ha sido una maravilla entrenarlos. Les he dicho que no hay ningún reproche", añadió el ex defensor español.
"Es, o ha sido, un placer. Seguir no es decisión mía. Después de una eliminación lo mío es lo de menos", dijo a Telecinco el entrenador, que llegó al cargo dos días antes de comenzar el torneo tras el despido de Julen Lopetegui.
Aún así, Hierro insistió en agradecer a sus jugadores por el trabajo a pesar de la eliminación.
"El esfuerzo de los chicos ha sido espectacular. Ya dijimos que a partir de octavos ya no tienes margen de error. El equipo se ha comportado de una forma profesional y ha sido una maravilla entrenarlos. Les he dicho que no hay ningún reproche", añadió el ex defensor español.
Ramos: "Pusimos orgullo, huevos, sentimientos,... pero no pudo ser"
El capitán de la selección española, Sergio Ramos, se mostró hoy muy dolido tras la derrota de España en los penales ante Rusia, que significó su eliminación del Mundial 2018.
"Es durísimo. Siempre que te eliminan es doloroso. Queríamos reivindicarnos pero no pudos ser. Pusimos orgullo, huevos, sentimientos... pero no pudo ser", dijo Ramos al canal Telecinco nada más terminar el partido, visiblemente emocionado.
"Hemos hecho todo lo posible, pero los penales son una lotería y nos ha tocado perder. Estoy orgulloso de los compañeros", añadió el defensa del Real Madrid.
Sobre la polémica jugada en la que fue derribado dentro del área, Ramos dijo: "No la he visto, pero sí que es verdad que me lleva agarrado y me impide rematar. Pero nada puede cambiar ya".
El zaguero no cree que este sea el final de una generación en "La Roja". "Esperemos que no. Hay equipo para seguir soñando a pesar de las dudas y críticas que hemos generado en la fase de grupos. Ojalá podamos volver y que los que vengan lo hagan con el orgullo de representar este escudo como lo hemos hecho", dijo al ser consultado.
"Es durísimo. Siempre que te eliminan es doloroso. Queríamos reivindicarnos pero no pudos ser. Pusimos orgullo, huevos, sentimientos... pero no pudo ser", dijo Ramos al canal Telecinco nada más terminar el partido, visiblemente emocionado.
"Hemos hecho todo lo posible, pero los penales son una lotería y nos ha tocado perder. Estoy orgulloso de los compañeros", añadió el defensa del Real Madrid.
Sobre la polémica jugada en la que fue derribado dentro del área, Ramos dijo: "No la he visto, pero sí que es verdad que me lleva agarrado y me impide rematar. Pero nada puede cambiar ya".
El zaguero no cree que este sea el final de una generación en "La Roja". "Esperemos que no. Hay equipo para seguir soñando a pesar de las dudas y críticas que hemos generado en la fase de grupos. Ojalá podamos volver y que los que vengan lo hagan con el orgullo de representar este escudo como lo hemos hecho", dijo al ser consultado.
Iniesta anuncia que deja la selección de España, tras eliminación en el Mundial Rusia 2018
El futolista Andrés Iniesta anunció este domingo, que con la eliminación de España del Mundial de Rusia 2018, dice adiós a su selección y “se acaba una etapa maravillosa”, citó la Cadena Ser.
“Es un momento muy difícil. No es la despedida soñada por uno, pero en el fútbol suceden estas cosas”, ha dicho el jugador manchego, luego que La Roja fuera derrotada en la tanda de penaltis por la anfitriona Rusia en el partido de octavos de final.
Al hacer un repaso del juego de este domingo, del que no fue titular, Iniesta señaló que “es un momento difícil, lo hemos vivido en otras ocasiones” y lamentó que no hayan”sido capaces de dar un salto más”.
Sobre su salida en particular, manifestó que “la selección seguirá para adelante porque jugadores de nivel tiene”.
“Es un momento muy difícil. No es la despedida soñada por uno, pero en el fútbol suceden estas cosas”, ha dicho el jugador manchego, luego que La Roja fuera derrotada en la tanda de penaltis por la anfitriona Rusia en el partido de octavos de final.
Al hacer un repaso del juego de este domingo, del que no fue titular, Iniesta señaló que “es un momento difícil, lo hemos vivido en otras ocasiones” y lamentó que no hayan”sido capaces de dar un salto más”.
Sobre su salida en particular, manifestó que “la selección seguirá para adelante porque jugadores de nivel tiene”.
España sigue maldita frente a los anfitriones mundialistas
España cayó este domingo en los penales ante Rusia, en los octavos de final de la Copa del Mundo, y de esta manera sigue con su maldición de no haber ganado nunca a un anfitrión mundialista.
Ante la 'Sbornaya', España monopolizó el balón (74% de posesión), pero apenas creó ocasiones de gol y acabó pagando su falta de profundidad desde los once metros, en la lotería de los penales (4-3).
Tras adelantarse con un tanto en contra de Sergei Ignashevich (11) y cuando parecía haber hecho lo más difícil, derribar el granítico muro ruso, encajó el empate, también de penal, poco antes del descanso, por medio de Artem Dyzuba (41), en el único disparo a palos en todo el partido para los anfitriones.
Desde su enfrentamiento con Italia en su primera participación mundialista en 1934 hasta su cruce con Corea del Sur en el Mundial de 2002, España nunca había logrado superar al anfitrión en las tres ocasiones anteriores en que le ha tocado medirse con él.
En Italia 1934, los españoles se enfrentaron a los transalpinos en cuartos de final en un partido que muchos acabarían apodando 'la batalla de Florencia' por la dureza italiana.
El partido acabó 1-1 y al desempate que se jugaba 24 horas después, España se presentó con seis lesionados que no pudieron jugar y la Roja acabó perdiendo por 1-0.
Dieciséis años más tarde, fueron los brasileños en 'su' Mundial de 1950 los que barrieron a los españoles de su camino.
La 'Furia Roja' logró clasificarse para la liguilla final e incluso comenzó con buen pie con un empate ante Uruguay, pero el partido con Brasil acabó con las esperanzas españolas al perder 6-1.
La última derrota sufrida por la Roja ante un anfitrión ocurrió en el Mundial de Corea y Japón 2002, en un partido que todavía escuece en España, especialmente por el polémico arbitraje del egipcio Gamal Al Ghandour.
El colegiado anuló hasta dos goles a los españoles y el partido se dirimió en la tanda de penales, donde los coreanos se impusieron 5-3.
España ha sufrido la misma maldición en las Eurocopas, donde tampoco ha conseguido ganar en las cinco ocasiones en que se ha enfrentado a las anfitrionas (1980, 1984, 1988, 1996, 2004) con la final del torneo de 1984 contra Francia como principal exponente (2-0).
Este domingo, en el imponente Luzhniki de Moscú, España siguió maldiciendo su mala suerte y dijo adiós al sueño de conquistar una segunda estrella.
Ante la 'Sbornaya', España monopolizó el balón (74% de posesión), pero apenas creó ocasiones de gol y acabó pagando su falta de profundidad desde los once metros, en la lotería de los penales (4-3).
Tras adelantarse con un tanto en contra de Sergei Ignashevich (11) y cuando parecía haber hecho lo más difícil, derribar el granítico muro ruso, encajó el empate, también de penal, poco antes del descanso, por medio de Artem Dyzuba (41), en el único disparo a palos en todo el partido para los anfitriones.
Desde su enfrentamiento con Italia en su primera participación mundialista en 1934 hasta su cruce con Corea del Sur en el Mundial de 2002, España nunca había logrado superar al anfitrión en las tres ocasiones anteriores en que le ha tocado medirse con él.
En Italia 1934, los españoles se enfrentaron a los transalpinos en cuartos de final en un partido que muchos acabarían apodando 'la batalla de Florencia' por la dureza italiana.
El partido acabó 1-1 y al desempate que se jugaba 24 horas después, España se presentó con seis lesionados que no pudieron jugar y la Roja acabó perdiendo por 1-0.
Dieciséis años más tarde, fueron los brasileños en 'su' Mundial de 1950 los que barrieron a los españoles de su camino.
La 'Furia Roja' logró clasificarse para la liguilla final e incluso comenzó con buen pie con un empate ante Uruguay, pero el partido con Brasil acabó con las esperanzas españolas al perder 6-1.
La última derrota sufrida por la Roja ante un anfitrión ocurrió en el Mundial de Corea y Japón 2002, en un partido que todavía escuece en España, especialmente por el polémico arbitraje del egipcio Gamal Al Ghandour.
El colegiado anuló hasta dos goles a los españoles y el partido se dirimió en la tanda de penales, donde los coreanos se impusieron 5-3.
España ha sufrido la misma maldición en las Eurocopas, donde tampoco ha conseguido ganar en las cinco ocasiones en que se ha enfrentado a las anfitrionas (1980, 1984, 1988, 1996, 2004) con la final del torneo de 1984 contra Francia como principal exponente (2-0).
Este domingo, en el imponente Luzhniki de Moscú, España siguió maldiciendo su mala suerte y dijo adiós al sueño de conquistar una segunda estrella.
El adiós amargo de Piqué
La eliminación en los penaltis en los octavos de final del Mundial 2018 también significa el adiós de Gerard Piqué a la selección, de la que ha sido un protagonista y un líder indispensable para la campeona mundial en 2010 y de Europa en 2012, de ahora en adelante sin él, su jerarquía y sus cualidades.
Salvo un giro inesperado, su decisión está tomada y es pública desde el 9 de octubre de 2016, cuando después del partido contra Albania, en la enésima polémica generada en torno a él, entonces por haber recortado la camiseta, anunció su retirada de la selección al término del Mundial 2018, justo el momento que ha llegado ahora.
"Me cansa que se dude de mi compromiso. El Mundial de Rusia va a ser mi última competición con la selección y espero vivirlo con muchas ganas", aseguró entonces en la zona mixta del estadio Loro Borici, cansado de todo el ruido a su alrededor cada vez que vistió la camiseta de la 'Roja', pitado en muchos de los campos que visitó.
Dos años después, con 102 partidos como internacional, ha llegado ese momento, la fecha límite que marcó entonces y que confirmó a lo largo de esta fase final de Rusia, después del primer choque ante Portugal (3-3) en Sochi. "No es un tema que haya que tocar ahora. Es una decisión bastante firme", dijo el pasado día 15 de junio.
"Nunca sabes al cien por cien lo que va a pasar. Pero cuando digo una cosa lo suelo cumplir. Creo que ha llegado mi momento y espero que podamos ganar para irme por la puerta grande", apuntó a la vez el defensa de la selección española, que se marcha sin ese objetivo en Rusia 2018, pero con la certeza de todo lo que ha dado al equipo.
"Estoy muy orgulloso. La selección significa muchísimo. Han sido ya diez años en el primer equipo, más todos los años en las categorías inferiores, y muchos momentos de mi vida los he pasado con la camiseta de la selección. Para mí ha sido una parte muy importante en mi vida", declaró nada más cumplir su centenar de partidos como internacional, homenajeado en el cuartel general del conjunto español en la ciudad del suroeste ruso de Krasnodar.
El 102, con cinco goles, 73 victorias, 15 empates y 14 derrotas.
Será el último. Piqué afrontó este domingo su encuentro final con España, un duelo triste y frustrante, por la eliminación de un equipo que insistió, insistió e insistió, pero fue doblegado contra pronóstico por Rusia en el estadio Luzhniki de Moscú.
No tuvo fortuna España. Tampoco él, protagonista involuntario del penalti que dio origen al empate de su adversario en el primer tiempo, cuando saltó en un córner y cuando, de espaldas, dejó uno de sus brazos aún en el aire y el cabezazo rival impactó en él. El árbitro Bjorn Kuipers señaló la pena máxima (1-1).
Un cierre que contrasta con su historia imponente con la selección, muchas veces rodeada de polémica, pero incontestable en números, en triunfos y en títulos. A su lado, desde una titularidad y una transcendencia que no admite duda, la selección fue campeona del Mundo en 2010, "el momento más feliz" de su vida, según dijo en 'The Players Tribune'.
También fue campeón de Europa en 2012, también como una parte fundamental de la selección española, de la que se despide casi una década después, nueve años, cuatro meses y 29 días después de su debut el 11 de febrero de 2009 en Sevilla contra Inglaterra y a las órdenes de Vicente del Bosque; el inicio de un recorrido que hoy 1 de julio de 2018, salvo replanteamiento sorprendente, tiene su fin.
Salvo un giro inesperado, su decisión está tomada y es pública desde el 9 de octubre de 2016, cuando después del partido contra Albania, en la enésima polémica generada en torno a él, entonces por haber recortado la camiseta, anunció su retirada de la selección al término del Mundial 2018, justo el momento que ha llegado ahora.
"Me cansa que se dude de mi compromiso. El Mundial de Rusia va a ser mi última competición con la selección y espero vivirlo con muchas ganas", aseguró entonces en la zona mixta del estadio Loro Borici, cansado de todo el ruido a su alrededor cada vez que vistió la camiseta de la 'Roja', pitado en muchos de los campos que visitó.
Dos años después, con 102 partidos como internacional, ha llegado ese momento, la fecha límite que marcó entonces y que confirmó a lo largo de esta fase final de Rusia, después del primer choque ante Portugal (3-3) en Sochi. "No es un tema que haya que tocar ahora. Es una decisión bastante firme", dijo el pasado día 15 de junio.
"Nunca sabes al cien por cien lo que va a pasar. Pero cuando digo una cosa lo suelo cumplir. Creo que ha llegado mi momento y espero que podamos ganar para irme por la puerta grande", apuntó a la vez el defensa de la selección española, que se marcha sin ese objetivo en Rusia 2018, pero con la certeza de todo lo que ha dado al equipo.
"Estoy muy orgulloso. La selección significa muchísimo. Han sido ya diez años en el primer equipo, más todos los años en las categorías inferiores, y muchos momentos de mi vida los he pasado con la camiseta de la selección. Para mí ha sido una parte muy importante en mi vida", declaró nada más cumplir su centenar de partidos como internacional, homenajeado en el cuartel general del conjunto español en la ciudad del suroeste ruso de Krasnodar.
El 102, con cinco goles, 73 victorias, 15 empates y 14 derrotas.
Será el último. Piqué afrontó este domingo su encuentro final con España, un duelo triste y frustrante, por la eliminación de un equipo que insistió, insistió e insistió, pero fue doblegado contra pronóstico por Rusia en el estadio Luzhniki de Moscú.
No tuvo fortuna España. Tampoco él, protagonista involuntario del penalti que dio origen al empate de su adversario en el primer tiempo, cuando saltó en un córner y cuando, de espaldas, dejó uno de sus brazos aún en el aire y el cabezazo rival impactó en él. El árbitro Bjorn Kuipers señaló la pena máxima (1-1).
Un cierre que contrasta con su historia imponente con la selección, muchas veces rodeada de polémica, pero incontestable en números, en triunfos y en títulos. A su lado, desde una titularidad y una transcendencia que no admite duda, la selección fue campeona del Mundo en 2010, "el momento más feliz" de su vida, según dijo en 'The Players Tribune'.
También fue campeón de Europa en 2012, también como una parte fundamental de la selección española, de la que se despide casi una década después, nueve años, cuatro meses y 29 días después de su debut el 11 de febrero de 2009 en Sevilla contra Inglaterra y a las órdenes de Vicente del Bosque; el inicio de un recorrido que hoy 1 de julio de 2018, salvo replanteamiento sorprendente, tiene su fin.
Rubiales: "No me arrepiento de la decisión sobre Lopetegui
Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), dijo, tras la eliminación del Mundial en octavos de final ante Rusia, que ganó en los penaltis (3-4), que no se arrepiente "en ningún momento" de la decisión que tomó sobre Julen Lopetegui, destituido como seleccionador el 14 de junio, dos días antes del debut de España en el torneo.
"Hoy hay dolor y es una situación muy difícil porque nos han eliminado, pero cuando tienes la seguridad de haber hecho las cosas con responsabilidad y convicción, hay que seguir adelante", declaró el presidente de la RFEF a Telecinco.
"No me he arrepentido en ningún momento, ni me arrepiento de esa decisión ni de ninguna, porque son decisiones tomadas con responsabilidad, convicción y valores, y no era una decisión deportiva", añadió.
Sobre el partido y la eliminación del equipo dirigido por Fernando Hierro, Rubiales indicó que la selección española "fue superior".
"Hemos sido superiores y nos vamos con la sensación de que nos ha eliminado un rival que no ha estado a nuestro nivel, pero ha estado acertado y hay que felicitarlo. Cuando eres superior y te vas, estás fastidiado. En el deporte no siempre gana el mejor", añadió.
En cuanto a la jugada del posible penalti a Piqué por un presunto agarrón dentro del área rusa en la segunda parte de la prórroga, acción que finalmente no fue analizada por el VAR, comentó que no la pudo ver.
"No lo he podido ver, pero esto es fútbol. Hoy me puedo quejar y mañana se puede quejar otro. Esto es así y hay que respetarlo", señaló.
Sobre el futuro de Fernando Hierro como seleccionador, el presidente manifestó que "en las próximas semanas se tomará una decisión".
"Vamos a buscar lo mejor para la selección y para la Federación. Tengo que decir que todo el grupo que ha estado en Rusia, Hierro y todo su equipo, los futbolistas, el cuerpo técnico, todos los que han estado aquí, de todos estoy orgulloso y no tengo ninguna queja de nadie", explicó.
"En las próximas semanas veremos lo que es mejor para todos. Hay que estar tranquilos. Me preguntaron por lo mismo tras el último partido que ganamos y dije lo mismo. Hemos empezado un camino y hay que seguir con tranquilidad y con responsabilidad. En las próximas semanas, cuando haya noticias, se sabrán", destacó.
"Ahora no es momento de dar respuesta a esas cosas", agregó al ser cuestionado por la continuidad de Gerard Piqué en la selección.
"Me siento muy orgullosos de todos", concluyó.
"Hoy hay dolor y es una situación muy difícil porque nos han eliminado, pero cuando tienes la seguridad de haber hecho las cosas con responsabilidad y convicción, hay que seguir adelante", declaró el presidente de la RFEF a Telecinco.
"No me he arrepentido en ningún momento, ni me arrepiento de esa decisión ni de ninguna, porque son decisiones tomadas con responsabilidad, convicción y valores, y no era una decisión deportiva", añadió.
Sobre el partido y la eliminación del equipo dirigido por Fernando Hierro, Rubiales indicó que la selección española "fue superior".
"Hemos sido superiores y nos vamos con la sensación de que nos ha eliminado un rival que no ha estado a nuestro nivel, pero ha estado acertado y hay que felicitarlo. Cuando eres superior y te vas, estás fastidiado. En el deporte no siempre gana el mejor", añadió.
En cuanto a la jugada del posible penalti a Piqué por un presunto agarrón dentro del área rusa en la segunda parte de la prórroga, acción que finalmente no fue analizada por el VAR, comentó que no la pudo ver.
"No lo he podido ver, pero esto es fútbol. Hoy me puedo quejar y mañana se puede quejar otro. Esto es así y hay que respetarlo", señaló.
Sobre el futuro de Fernando Hierro como seleccionador, el presidente manifestó que "en las próximas semanas se tomará una decisión".
"Vamos a buscar lo mejor para la selección y para la Federación. Tengo que decir que todo el grupo que ha estado en Rusia, Hierro y todo su equipo, los futbolistas, el cuerpo técnico, todos los que han estado aquí, de todos estoy orgulloso y no tengo ninguna queja de nadie", explicó.
"En las próximas semanas veremos lo que es mejor para todos. Hay que estar tranquilos. Me preguntaron por lo mismo tras el último partido que ganamos y dije lo mismo. Hemos empezado un camino y hay que seguir con tranquilidad y con responsabilidad. En las próximas semanas, cuando haya noticias, se sabrán", destacó.
"Ahora no es momento de dar respuesta a esas cosas", agregó al ser cuestionado por la continuidad de Gerard Piqué en la selección.
"Me siento muy orgullosos de todos", concluyó.
sábado, 30 de junio de 2018
España vela armas en Moscú
España ya cuenta las horas y vela armas para el partido decisivo de mañana, domingo, en los octavos de final del Mundial de Rusia 2018 mientras rebusca su equilibrio defensivo, vulnerable en la primera fase, el mismo plan al que enfoca Rusia, su rival.
La “roja” encara octavos después de una primera fase de contrastes entre sus estadísticas ofensivas y de posesión y las sensaciones, entre su cantidad de remates y los que han ido a portería o entre el número de regates que propuso y la baja productividad de éxito.
Ayer, el conjunto de Fernando Hierro partió desde Krasnodar, donde tiene instalado su cuartel general durante todo el torneo, hacia la capital rusa.
El técnico reveló que insistirá con el portero David De Gea como titular.
El equipo realizará hoy el último entrenamiento en el estadio bandera del Mundial, el Luzhniki moscovita, que albergó el partido inaugural entre Rusia y Arabia Saudí y albergará también la segunda semifinal y la final.
martes, 26 de junio de 2018
España sobrevive en Rusia y pasa a liderizar su grupo
Sergio Ramos (izquierda) celebra con Iniesta la clasificación a octavos.
Irreconocible, desdibujada, apagada de principio a fin, sin casi ocasiones, con un empate en el minuto 91 de Iago Aspas (2-2) contra una selección eliminada ya del Mundial como Marruecos, España sobrevivió ayer en Rusia 2018 mientras bordeó el fracaso y se encontró, de repente, la primera posición..
El liderazgo lo consiguió de rebote, por un gol de Irán en el minuto 93 frente a Portugal; un objetivo cumplido que no mereció. La meta final va mucho más allá, al título que se definirá el 15 de julio, una utopía con partidos como el de ayer de España, que ya sabe rival, fecha, hora y lugar para octavos: Rusia, 1 de julio, 17.00, Moscú.
Mientras Hierro mantiene muy definida su estructura base de la selección, con sólo retoques en tres partidos, porque de ahí no se mueven ni De Gea ni Carvajal ni Ramos ni Piqué ni Jordi Alba ni Sergio Busquets ni Silva ni Isco ni Iniesta ni Diego Costa y ahí apareció de repente Thiago -no hizo ni un solo cambio hasta el minuto 74 del duelo-, el equipo aún juega sobre el alambre.
No hay coartada ni para su partido; ni para el primer cuarto de hora, una sucesión de pases sin riesgo ni destino, como si cualquier jugada ofensiva fuera una mera cuestión de tiempo o inercia, como si no requiriera un pase, un desmarque, una carrera o un remate; ni para sus mínimas ocasiones; ni para sus lagunas atrás; ni para su cuarto gol en contra en el campeonato.
Era el minuto 14 cuando, alrededor de la línea de medio campo, Sergio Ramos sacó una falta en corto a Andrés Iniesta, este se la devolvió, el defensa creyó que más que un pase era una conducción del centrocampista y por ahí el más listo fue Boutaieb, que agarró el regalo, corrió a toda velocidad y superó por bajo a David de Gea.
España mantiene dificultades defensivas. Ya no son dudas. Es un problema con el que ya convive, aunque su reacción ayer fue también inmediata; mucho más concluyente en el marcador o en las individualidades de Iniesta o Isco, conectados por dos veces en el 1-1 culminado por el madridista.
España tuvo la posesión como siempre pero sin la profundidad ni el desborde de antes, dos cualidades que transforman el poder del balón en un arma incontestable.
Ya por encima de la hora de partido, Marruecos había dispuesto al menos de las mismas ocasiones claras, sino más, que España, que ni siquiera tuvo un arrebato final ofensivo. Ni asedió ni se acercó ya a la victoria. De hecho recibió el 1-2 de En Nesiry, que no extrañó a nadie. Empató luego por medio de Iago Aspas, allá por el minuto 91, con el uso del VAR, y se encontró de pronto el primer puesto.
EFE
lunes, 25 de junio de 2018
España sufre y va por Rusia en octavos
Irreconocible, desdibujada, apagada de principio a fin, sin casi ocasiones, con un empate en el minuto 91 de Iago Aspas (2-2) contra una selección eliminada ya del Mundial como Marruecos, España sobrevivió en Rusia 2018 mientras bordeó el fracaso y se encontró, de repente en la primera posición.
La logró de rebote, por un gol de Irán en el minuto 93 frente a Portugal; un objetivo cumplido que no mereció. La meta final va mucho más allá, al título que se definirá el 15 de julio, una utopía con partidos como el de este lunes de España, que ya sabe rival, fecha, hora y lugar para octavos: Rusia, 1 de julio (10:00 hb) en Moscú.
Mientras Hierro mantiene muy definida su estructura base de la selección, con sólo retoques en tres partidos, porque de ahí no se mueven ni De Gea ni Carvajal ni Ramos ni Piqué ni Jordi Alba ni Sergio Busquets ni Silva ni Isco ni Iniesta ni Diego Costa y ahí hoy apareció de repente Thiago -no hizo ni un solo cambio hasta el minuto 74 del duelo-, el equipo aún juega sobre el alambre.
No hay coartada ni para su partido; ni para el primer cuarto de hora, una sucesión de pases sin riesgo ni destino, como si cualquier jugada ofensiva fuera una mera cuestión de tiempo o inercia, como si no requiriera un pase, un desmarque, una carrera o un remate; ni para sus mínimas ocasiones; ni para sus lagunas atrás; ni para su cuarto gol en contra en el campeonato, que fue un despropósito.
Era el minuto 14 cuando, alrededor de la línea de medio campo, Sergio Ramos sacó una falta en corto a Andrés Iniesta, este se la devolvió, el defensa creyó que más que un pase era una conducción del centrocampista y por ahí el más listo fue Boutaieb, que agarró el regalo, corrió a toda velocidad y superó por bajo a David de Gea.
No es una casualidad ya tanta adversidad. Le pasó con Portugal, con un penal nada más comenzar el choque, con un error del portero en el segundo tanto luso y con una falta innecesaria en el tercero; lo rozó contra Irán, justo cuando ya ganaba 0-1, y le ocurrió de nuevo este lunes ante Marruecos, que encontró un gol que no intuía.
España mantiene dificultades defensivas. Ya no son dudas. Es un problema con el que ya convive, aunque su reacción este lunes fue también inmediata; mucho más concluyente en el marcador o en las individualidades de Iniesta o Isco, conectados por dos veces en el 1-1 culminado por el madridista, que colectivamente en su fútbol.
La selección español resurgió entonces, sobre todo, por Iniesta. Desde sus conducciones verticales, el liderazgo que se propuso con el balón, la responsabilidad que asumió y sus irrupciones entre las incontables vías que ofreció un oponente descubierto a ratos en su endeble zaga, España respondió a un momento más que inquietante.
También por una intervención indispensable de De Gea. Su primera parada en el Mundial, ya por el tercer encuentro, fue transcendente, por el resultado, por el momento, el minuto 25, apenas cinco después del empate de España, y por lo que habría supuesto otro golpe. El segundo duelo con Boutaieb lo ganó el portero con aguante y astucia.
Una parada clave, como también lo fue después, ya cerca de la hora de juego, la cruceta para repeler el trallazo de Nourredine Amrabat, para sostener a España, que tenía la posesión como siempre, pero sin la profundidad ni el desborde de antes, dos cualidades que transforman el poder del balón en un arma incontestable.
No las encuentra hasta ahora en este Mundial. Ni siquiera está aparentemente cerca. Tampoco contra Marruecos, que sin ser ni hacer nada del otro mundo la desdibujó casi siempre, encomendada a una jugada puntual para ganar el partido, como el cabezazo de Isco que sacó bajo palos Da Costa o el testarazo de Piqué que rondó el gol, mientras rebuscaba a Diego Costa y Silva, imprecisos e inadvertidos.
Ya por encima de la hora de partido, Marruecos había dispuesto al menos de las mismas ocasiones claras, sino más, que España, que ni siquiera tuvo un arrebato final ofensivo. Ni asedió ni se acercó ya a la victoria. De hecho recibió el 1-2 de En Nesiry, que no extrañó a nadie. Empató luego por medio de Iago Aspas, allá por el minuto 91, con el uso del VAR, y se encontró de pronto el primer puesto.
La logró de rebote, por un gol de Irán en el minuto 93 frente a Portugal; un objetivo cumplido que no mereció. La meta final va mucho más allá, al título que se definirá el 15 de julio, una utopía con partidos como el de este lunes de España, que ya sabe rival, fecha, hora y lugar para octavos: Rusia, 1 de julio (10:00 hb) en Moscú.
Mientras Hierro mantiene muy definida su estructura base de la selección, con sólo retoques en tres partidos, porque de ahí no se mueven ni De Gea ni Carvajal ni Ramos ni Piqué ni Jordi Alba ni Sergio Busquets ni Silva ni Isco ni Iniesta ni Diego Costa y ahí hoy apareció de repente Thiago -no hizo ni un solo cambio hasta el minuto 74 del duelo-, el equipo aún juega sobre el alambre.
No hay coartada ni para su partido; ni para el primer cuarto de hora, una sucesión de pases sin riesgo ni destino, como si cualquier jugada ofensiva fuera una mera cuestión de tiempo o inercia, como si no requiriera un pase, un desmarque, una carrera o un remate; ni para sus mínimas ocasiones; ni para sus lagunas atrás; ni para su cuarto gol en contra en el campeonato, que fue un despropósito.
Era el minuto 14 cuando, alrededor de la línea de medio campo, Sergio Ramos sacó una falta en corto a Andrés Iniesta, este se la devolvió, el defensa creyó que más que un pase era una conducción del centrocampista y por ahí el más listo fue Boutaieb, que agarró el regalo, corrió a toda velocidad y superó por bajo a David de Gea.
No es una casualidad ya tanta adversidad. Le pasó con Portugal, con un penal nada más comenzar el choque, con un error del portero en el segundo tanto luso y con una falta innecesaria en el tercero; lo rozó contra Irán, justo cuando ya ganaba 0-1, y le ocurrió de nuevo este lunes ante Marruecos, que encontró un gol que no intuía.
España mantiene dificultades defensivas. Ya no son dudas. Es un problema con el que ya convive, aunque su reacción este lunes fue también inmediata; mucho más concluyente en el marcador o en las individualidades de Iniesta o Isco, conectados por dos veces en el 1-1 culminado por el madridista, que colectivamente en su fútbol.
La selección español resurgió entonces, sobre todo, por Iniesta. Desde sus conducciones verticales, el liderazgo que se propuso con el balón, la responsabilidad que asumió y sus irrupciones entre las incontables vías que ofreció un oponente descubierto a ratos en su endeble zaga, España respondió a un momento más que inquietante.
También por una intervención indispensable de De Gea. Su primera parada en el Mundial, ya por el tercer encuentro, fue transcendente, por el resultado, por el momento, el minuto 25, apenas cinco después del empate de España, y por lo que habría supuesto otro golpe. El segundo duelo con Boutaieb lo ganó el portero con aguante y astucia.
Una parada clave, como también lo fue después, ya cerca de la hora de juego, la cruceta para repeler el trallazo de Nourredine Amrabat, para sostener a España, que tenía la posesión como siempre, pero sin la profundidad ni el desborde de antes, dos cualidades que transforman el poder del balón en un arma incontestable.
No las encuentra hasta ahora en este Mundial. Ni siquiera está aparentemente cerca. Tampoco contra Marruecos, que sin ser ni hacer nada del otro mundo la desdibujó casi siempre, encomendada a una jugada puntual para ganar el partido, como el cabezazo de Isco que sacó bajo palos Da Costa o el testarazo de Piqué que rondó el gol, mientras rebuscaba a Diego Costa y Silva, imprecisos e inadvertidos.
Ya por encima de la hora de partido, Marruecos había dispuesto al menos de las mismas ocasiones claras, sino más, que España, que ni siquiera tuvo un arrebato final ofensivo. Ni asedió ni se acercó ya a la victoria. De hecho recibió el 1-2 de En Nesiry, que no extrañó a nadie. Empató luego por medio de Iago Aspas, allá por el minuto 91, con el uso del VAR, y se encontró de pronto el primer puesto.
España define su futuro contra Marruecos en la última jornada del grupo B
España compite hoy a las 14:00 (hora boliviana) contra Marruecos en la última jornada del grupo B del Mundial 2018, un partido que traza su futuro en el torneo, con tres posibilidades, desde la primera posición y aparentemente el cuadro más accesible o la segunda plaza hasta una eliminación hoy por hoy impensable.
En el estadio de Kaliningrado, cuyo irregular estado del césped preocupa a ambos equipos y a la FIFA -ninguno de los dos se entrenará en el escenario del choque en la víspera para preservarlo para el encuentro nocturno de este lunes-, la selección española necesita un solo punto para sellar su pase a los octavos de final.
Es suficiente después de su empate en la primera jornada contra Portugal (3-3) y de su victoria 0-1 apurada en la segunda con Irán. Incluso la derrota hoy lunes, si el equipo asiático también pierde contra el conjunto luso, sería también una vía segura para volver a las eliminatorias.
En el estadio de Kaliningrado, cuyo irregular estado del césped preocupa a ambos equipos y a la FIFA -ninguno de los dos se entrenará en el escenario del choque en la víspera para preservarlo para el encuentro nocturno de este lunes-, la selección española necesita un solo punto para sellar su pase a los octavos de final.
Es suficiente después de su empate en la primera jornada contra Portugal (3-3) y de su victoria 0-1 apurada en la segunda con Irán. Incluso la derrota hoy lunes, si el equipo asiático también pierde contra el conjunto luso, sería también una vía segura para volver a las eliminatorias.
jueves, 21 de junio de 2018
Ramos ve a Maradona a "años luz" por detrás de Messi
El capitán de la selección española Sergio Ramos consideró que el mítico exfutbolista argentino Diego Maradona es 'un crack', pero está a "años luz del mejor jugador argentino" que es Messi, después que el 'Pelusa' afirmara que Ramos no es 'crack'.
"Maradona es un grande, es un 'crack', no voy a valorar las opiniones personales, a mí sí que me parece él un crack", dijo Ramos a varias radios españolas en la madrugada del jueves en la zona mixta tras el partido del grupo B mundialista, que la 'Roja' sufrió para ganar 1-0.
"Pero el fútbol argentino sabe perfectamente que Maradona está a años luz del mejor jugador argentino que para mí es Leo Messi", concluyó Ramos, respondiendo a unas declaraciones de Maradona, en las que mostraba sus preferencias por el uruguayo Diego Godín.
"El otro día me decían, y yo no quiero entrar en polémicas, Ramos es 'crack', y yo digo 'no', Godín es 'crack'", había afirmado Maradona en la cadena Telesur.
"Godín es crack, que te defiende, que te manda, que te hace gol, que sale campeón, que no te falta un partido", dijo Maradona, concluyendo que "para mí, ese es crack".
"Maradona es un grande, es un 'crack', no voy a valorar las opiniones personales, a mí sí que me parece él un crack", dijo Ramos a varias radios españolas en la madrugada del jueves en la zona mixta tras el partido del grupo B mundialista, que la 'Roja' sufrió para ganar 1-0.
"Pero el fútbol argentino sabe perfectamente que Maradona está a años luz del mejor jugador argentino que para mí es Leo Messi", concluyó Ramos, respondiendo a unas declaraciones de Maradona, en las que mostraba sus preferencias por el uruguayo Diego Godín.
"El otro día me decían, y yo no quiero entrar en polémicas, Ramos es 'crack', y yo digo 'no', Godín es 'crack'", había afirmado Maradona en la cadena Telesur.
"Godín es crack, que te defiende, que te manda, que te hace gol, que sale campeón, que no te falta un partido", dijo Maradona, concluyendo que "para mí, ese es crack".
España, a toda Costa
EL DATO
400 triunfos alcanzó ayer España en 684 partidos de su historia.
España insistió ayer en su estilo durante casi todo el partido frente a Irán; sin embargo, ganó (0-1) agarrado de nuevo a la fórmula Diego Costa, no tan estética ni tan ágil, pero goleadora crucial en un duelo que por momentos se sintió en el alambre.
La Roja consumió 45 minutos con la pelota, pero con apenas un par de ocasiones nada más. Sólo exigió una parada, y fácil, al portero rival Ali Beiranvand en un lanzamiento de falta de David Silva ante el estrés que genera un oponente que corre mucho y juega poco.
En 54’, cuando España conectó por primera vez con su delantero de referencia, Diego Costa, perdido hasta entonces en la marea de jugadores y piernas que propuso Irán dentro de su propio área, incomodísimo sin los espacios para correr, el hábitat que más le gusta al atacante hispano-brasileño, en el que se desenvuelve mejor.
El primer pase filtrado hacia Costa, entre los defensas, con algún centímetro de espacio y con la fortuna de que uno de ellos despejó contra él, fue directo a la portería de Ali Beiranvand (0-1).
El tercer gol en dos encuentros en Rusia 2018 –el noveno en los últimos 12 duelos con la selección– para el “19” de España, el mismo que levantó a su equipo de la adversidad contra Portugal (3-3), con otros dos goles quizás contra la naturaleza del estilo de su equipo, sin la sutileza de los toques ni la combinación, sin la precisión de desmontar a una defensa por una cuestión de clase.
¿Era la fórmula? En el primer tiempo, desde luego, no lo fue del todo, porque faltó la precisión en los últimos metros, pero en un Mundial con tantos resultados inesperados hasta ahora, el “otro” estilo también gana encuentros, aunque casi se le va de las manos.
En el minuto 63, Ezatolahi empujó un balón tras varios rebotes en el área española; sin embargo, el juez uruguayo Andrés Cunha, tras consultar con el asistente de videoarbitraje, anuló el tanto. Respiró España y aguantó hasta el final para llevarse la victoria.
Un triunfo que le permite llegar a la última fecha, el próximo lunes 25 de junio, con la oportunidad de sellar su clasificación sumando al menos un punto frente a Marruecos, ya eliminada. Hasta perdiendo ese encuentro puede instalarse en los octavos de final si es que Irán tampoco suma frente a Portugal.
Carlos Queiroz
DT. Irán
"Si no hubiera VAR tendríamos un puntito más”.
Fernando Hierro
DT. España
"Esto es un Mundial, Irán no nos ha sorprendido”.
Dani Carvajal
Defensor-España
"Nos han puesto las cosas muy difíciles”.
La otra mirada
INCÓMODO. Diego Costa se revolvió ante una pregunta de un periodista iraní, que le cuestionó la provocación que acompaña su forma de jugar, y le pidió que se quitará la camiseta de su selección y que no le hiciera “preguntas tontas”.
CONTRAATAQUE. Tras el partido con Irán, Sergio Ramos respondió a Diego Maradona y dijo que era “un crack”, aunque está “a años luz del mejor futbolista argentino de la historia: Lionel Messi”. El “Pelusa” dijo que el defensa uruguayo Diego Godín era mucho más completo que Ramos y que el sevillano no era “un crack”.
PIQUÉ. El defensor se convirtió ayer en el decimotercer jugador de la historia de la selección española que alcanza los 100 partidos, con una fecha marcada para su adiós a la conclusión del Mundial, aunque Fernando Hierro, espera que dé marcha atrás.
VOLTEO. El iraní Milad Mohammadi quiso lanzar un saque lateral precedido de una voltereta en el minuto 93, pero falló en el intento y generó burlas en las redes sociales.
IMBATIBLE. La selección española lleva 29 encuentros consecutivos sin perder.
miércoles, 20 de junio de 2018
España ganó con sufrimiento a Irán
Un tanto de Diego Costa, de fortuna con la rodilla tras despeje del rival, fue el castigo con el que el destino respondió un planteamiento ultra defensivo de Irán que se le atragantó a España, que pone luz a su camino en el Mundial 2018 y se jugará el liderato de grupo ante una Marruecos ya eliminada.
Una selección para la que estar en un Mundial ya es un éxito, como Irán, tiene dos opciones antes de encarar el duelo ante una de las señaladas favoritas. Alejada de la valentía, optó por el camino más rácano, el de afear el fútbol. Buscó instalar la desesperación a una España que encaró un ejercicio de paciencia y sufrió de lo lindo.
La rápida circulación en una posesión insultante, de picos del 85%, el movimiento en los últimos metros y una precisión que faltó en la zona que daña planteamientos ultra defensivos era clave. España necesitaba un tanto que abriese un duelo incómodo. La inspiración de Isco, Iniesta o Silva en un último pase que tardó en llegar.
El examen a la paciencia no podía empujar a la desesperación ni a la duda. Las faltas para frenar su fútbol fueron continuas, la dureza para no acceder al otro lado del muro. Una defensa de seis que protegía la seguridad de su portería. Hierro esperaba ese partido, diez jugadores defendiendo por detrás del balón, y apostó por Lucas Vázquez buscando abrir el campo.
Reaparecía Carvajal en una defensa que a buen seguro con Lopetegui habría sido de tres desde el inicio. España, lejos de estar cómoda con el sonido de vuvuzelas en la grada que le trasladaba al éxito de Sudáfrica, torcía el gesto con el paso de los minutos. Incómoda para asociarse en corto en la zona de peligro, sin espacios, y errática en el desplazamiento en largo cuando buscaba el balón en largo.
Son encuentros en los que su 9 sufre. Le faltaban centros desde los costados para rematar y eso que el regreso de Carvajal aumentaba la profundidad en la derecha. Pero la continuidad que deseaba España, que hasta los 25 minutos no disparaba a puerta con una falta centrada de Silva, era frenada con pérdidas de tiempo y lesiones fingidas.
El sueño del gol para Irán lo distanciaba un puñado de metros. El balón parado era su esperanza. Y ahí emergió la cabeza del centenario Piqué. La falta de fluidez de España se despejaba en alguna aparición de Isco, con Silva teniendo en sus botas las pocas acciones de disparo. Una tijera arriba, otro disparo al muro.
La necesidad obligaba a más a España y arrancó el segundo acto volcada. Piqué primero, un disparo de Busquets para la palomita de Beiranvand y otra para Isco cambiaban el escenario antes de que su corazón quedase congelado. Solo a balón parado podía hacer daño Irán. De un rechace nació el disparo seco de Ansarifard que más de la mitad del estadio cantó como gol.
Era el inicio del castigo. En la siguiente acción Iniesta rompía por el centro, encontraba a Costa y su movimiento provocaba el despeje del balón a su rodilla para que entrase a la red pegada al palo. Lo que en el pasado se le negó, en Rusia le llega hasta de rebote.
Fue cuando Irán sí quiso. Como si fuese otro equipo comenzó a jugar y a llegar. Le metió velocidad y provocó un extraño nerviosismo en el rival. Su castigo fue mayor tras saborear el gol soñado. Ezatolahi superaba por bajo a De Gea, que aún no ha hecho una parada en el Mundial, y el colegiado lo anulaba por mano.
Visto el panorama el triunfo era un bien preciado para España, que tras perdonar el segundo en acción de estrategia con remate de Ramos y Piqué en boca de gol, veía como un remate a placer de Taremi no encontraba puerta en la recta final. Koke daría más fuerza en la medular y el final deja máxima igualdad con Portugal. Todo está en juego en una última jornada en la que los de Hierro se miden a Marruecos, la única ya sin opciones.
Una selección para la que estar en un Mundial ya es un éxito, como Irán, tiene dos opciones antes de encarar el duelo ante una de las señaladas favoritas. Alejada de la valentía, optó por el camino más rácano, el de afear el fútbol. Buscó instalar la desesperación a una España que encaró un ejercicio de paciencia y sufrió de lo lindo.
La rápida circulación en una posesión insultante, de picos del 85%, el movimiento en los últimos metros y una precisión que faltó en la zona que daña planteamientos ultra defensivos era clave. España necesitaba un tanto que abriese un duelo incómodo. La inspiración de Isco, Iniesta o Silva en un último pase que tardó en llegar.
El examen a la paciencia no podía empujar a la desesperación ni a la duda. Las faltas para frenar su fútbol fueron continuas, la dureza para no acceder al otro lado del muro. Una defensa de seis que protegía la seguridad de su portería. Hierro esperaba ese partido, diez jugadores defendiendo por detrás del balón, y apostó por Lucas Vázquez buscando abrir el campo.
Reaparecía Carvajal en una defensa que a buen seguro con Lopetegui habría sido de tres desde el inicio. España, lejos de estar cómoda con el sonido de vuvuzelas en la grada que le trasladaba al éxito de Sudáfrica, torcía el gesto con el paso de los minutos. Incómoda para asociarse en corto en la zona de peligro, sin espacios, y errática en el desplazamiento en largo cuando buscaba el balón en largo.
Son encuentros en los que su 9 sufre. Le faltaban centros desde los costados para rematar y eso que el regreso de Carvajal aumentaba la profundidad en la derecha. Pero la continuidad que deseaba España, que hasta los 25 minutos no disparaba a puerta con una falta centrada de Silva, era frenada con pérdidas de tiempo y lesiones fingidas.
El sueño del gol para Irán lo distanciaba un puñado de metros. El balón parado era su esperanza. Y ahí emergió la cabeza del centenario Piqué. La falta de fluidez de España se despejaba en alguna aparición de Isco, con Silva teniendo en sus botas las pocas acciones de disparo. Una tijera arriba, otro disparo al muro.
La necesidad obligaba a más a España y arrancó el segundo acto volcada. Piqué primero, un disparo de Busquets para la palomita de Beiranvand y otra para Isco cambiaban el escenario antes de que su corazón quedase congelado. Solo a balón parado podía hacer daño Irán. De un rechace nació el disparo seco de Ansarifard que más de la mitad del estadio cantó como gol.
Era el inicio del castigo. En la siguiente acción Iniesta rompía por el centro, encontraba a Costa y su movimiento provocaba el despeje del balón a su rodilla para que entrase a la red pegada al palo. Lo que en el pasado se le negó, en Rusia le llega hasta de rebote.
Fue cuando Irán sí quiso. Como si fuese otro equipo comenzó a jugar y a llegar. Le metió velocidad y provocó un extraño nerviosismo en el rival. Su castigo fue mayor tras saborear el gol soñado. Ezatolahi superaba por bajo a De Gea, que aún no ha hecho una parada en el Mundial, y el colegiado lo anulaba por mano.
Visto el panorama el triunfo era un bien preciado para España, que tras perdonar el segundo en acción de estrategia con remate de Ramos y Piqué en boca de gol, veía como un remate a placer de Taremi no encontraba puerta en la recta final. Koke daría más fuerza en la medular y el final deja máxima igualdad con Portugal. Todo está en juego en una última jornada en la que los de Hierro se miden a Marruecos, la única ya sin opciones.
España tendrá en frente un muro iraní
EL DATO
España jugó 683 partidos, entre amistosos y torneos oficiales, pero ninguno contra la selección iraní.
14:00 es la hora en Bolivia del inicio del partido entre Irán y España.
España busca el primer triunfo con Fernando Hierro como seleccionador, tras las buenas sensaciones futbolísticas del estreno en el Mundial 2018 contra Portugal, ante una Irán que lidera el grupo y cree en el milagro desde un muro que tendrá que derrumbar la Roja, necesitada de goles.
Superado aparentemente el terremoto que acompañó las últimas horas previas al debut en la gran cita de Rusia, la selección española se agarra a su estilo intocable para imponerse a la adversidad y demostrar las razones por las que es señalada como una de las favoritas al preciado título. Sólo Cristiano Ronaldo fue capaz de frenar una reacción repleta de personalidad.
La destitución de Julen Lopetegui apenas 48 horas antes del arranque, la crisis abierta en Krasnodar y la tensión trasladada a los futbolistas, un penalti en contra nada más arrancar el Mundial... eran condicionantes suficientes para afectar a la imagen de España. Pero nada frenó su fútbol. El premio a su remontada, a levantarse dos veces de la lona con personalidad, lo dejó escapar en los últimos compases. El empate obliga ahora a ganar y por cuanto más goles mejor.
En un Mundial marcado hasta ahora por la incapacidad de selecciones grandes de superar planteamientos de rivales con un teórico papel de menor, España encara en Kazán uno de esos partidos en los que el rival renunciará al balón, armará un planteamiento defensivo con líneas juntas y se verá obligada a buscar variantes. Al toque le debe acompañar la velocidad y la verticalidad.
En cambio, Irán encara el partido contra España con la tranquilidad y la confianza que le otorgan los tres afortunados puntos pescados en el último minuto en el San Petersburgo Arena frente a Marruecos, y con la idea de que el empate es un excelente resultado.
Para ello, planteará un partido igualmente defensivo pero con una variante táctica diferente: todo apunta a que Queiroz apostará por dos líneas de cinco muy juntas y un hombre peligroso aislado en ataque, el delantero del Rubin Kazan Sardar Azmoun.
Andrés Iniesta
Volante-España
"Los deportistas soñamos con lo máximo, y eso sería volver a ganar el Mundial”
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