El Villarreal estará en el sorteo de los octavos de final de la Liga Europa tras eliminar con más apuros de los previstos al Sporting de Portugal, después de empatar a un gol.
El Amarillo tuvo que recurrir en el segundo tiempo a sus mejores unidades para aprovechar la inferioridad de su rival y lograr un empate en los minutos finales que evitó que el partido fuera a la prórroga, ya que en Lisboa el Villarreal se había impuesto por 0-1.
Cuando todo hacia indicar que los jugadores se marcharían a los vestuarios con el empate llegó el error de Funes Mori en un control que Bruno Fernandes no desaprovechó (0-1).
El empate llegó a 10 minutos del final, tras una combinación entre Toko Ekambi y Fornals (1-1).
viernes, 22 de febrero de 2019
El Valencia se coloca en octavos de Europa
El Valencia, en un partido en el que fue de menos a más, aprovechó los casi 30 minutos de superioridad numérica de que dispuso para ganar al Celtic y ratificar la clasificación para los octavos de final de la Liga Europa.
El Valencia fue mejor en el conjunto de ambos partidos, pero más en Glasgow, donde se impuso por 0-2, que en Mestalla, donde hasta que Toljan vio la segunda amarilla, se jugó al ritmo que impuso su rival.
Por ello, en la primera mitad fue mejor, pero a partir de la expulsión, el Valencia se adueñó del balón, dinámica que se mantuvo tras el descanso, aunque sin que los locales encontraran facilidades para superar la muralla defensiva del Celtic.
Tal y como se esperaba, el tramo inicial del cotejo estuvo marcado por el fútbol ofensivo del Celtic, que trataba de acercarse a la meta de Neto con velocidad, aunque sin precisión.
Enfrente, el equipo de Marcelino García quería un partido con menos ritmo y posesiones largas, pero sus jugadores no estaban finos, sobre todo en el pase y, además, en el minuto 20 se lesionó Garay y Coquelin tuvo que salir para jugar de improvisado central.
El Celtic manejaba mejor el encuentro que el Valencia. Los locales no conseguían arrebatar el balón y cuando lo hacían, la pelota les duraba poco. En el minuto 37 se produjo la expulsión de Toljan por doble amarilla y el equipo escocés pasó a jugar con defensa de cuatro.
Tras la expulsión, el partido cambió y en los pocos minutos que faltaban para el descanso, el Valencia dispuso de tres buenas opciones de gol, algo que no había ocurrido hasta entonces, y el Celtic ya no se pudo acercar a la meta de Neto hasta el ecuador del choque.
La segunda parte empezó con dominio intenso del Valencia, que se mostró profundo por ambas bandas ante un rival que tenía muchos problemas para salir de su parcela.
Pese a que el Valencia mejoró con las nuevas circunstancias del choque, sus jugadores se mostraban espesos e imprecisos ante la meta de Beins, mientras que Ajer tuvo la mejor oportunidad para su equipo hasta entonces (63’).
Un gran pase de Parejo a Wass propició un pase a Gameiro, que hizo el 1-0 casi en el primer balón que tocó y que, prácticamente, cerró la eliminatoria.
Tras el gol, la insistencia del Valencia decreció, el juego se niveló. La entrada de Kang In Lee animó los minutos finales, pero las pocas opciones en ataque del Valencia no fueron lo suficientemente claras como para que el marcador se ampliara.
El Valencia fue mejor en el conjunto de ambos partidos, pero más en Glasgow, donde se impuso por 0-2, que en Mestalla, donde hasta que Toljan vio la segunda amarilla, se jugó al ritmo que impuso su rival.
Por ello, en la primera mitad fue mejor, pero a partir de la expulsión, el Valencia se adueñó del balón, dinámica que se mantuvo tras el descanso, aunque sin que los locales encontraran facilidades para superar la muralla defensiva del Celtic.
Tal y como se esperaba, el tramo inicial del cotejo estuvo marcado por el fútbol ofensivo del Celtic, que trataba de acercarse a la meta de Neto con velocidad, aunque sin precisión.
Enfrente, el equipo de Marcelino García quería un partido con menos ritmo y posesiones largas, pero sus jugadores no estaban finos, sobre todo en el pase y, además, en el minuto 20 se lesionó Garay y Coquelin tuvo que salir para jugar de improvisado central.
El Celtic manejaba mejor el encuentro que el Valencia. Los locales no conseguían arrebatar el balón y cuando lo hacían, la pelota les duraba poco. En el minuto 37 se produjo la expulsión de Toljan por doble amarilla y el equipo escocés pasó a jugar con defensa de cuatro.
Tras la expulsión, el partido cambió y en los pocos minutos que faltaban para el descanso, el Valencia dispuso de tres buenas opciones de gol, algo que no había ocurrido hasta entonces, y el Celtic ya no se pudo acercar a la meta de Neto hasta el ecuador del choque.
La segunda parte empezó con dominio intenso del Valencia, que se mostró profundo por ambas bandas ante un rival que tenía muchos problemas para salir de su parcela.
Pese a que el Valencia mejoró con las nuevas circunstancias del choque, sus jugadores se mostraban espesos e imprecisos ante la meta de Beins, mientras que Ajer tuvo la mejor oportunidad para su equipo hasta entonces (63’).
Un gran pase de Parejo a Wass propició un pase a Gameiro, que hizo el 1-0 casi en el primer balón que tocó y que, prácticamente, cerró la eliminatoria.
Tras el gol, la insistencia del Valencia decreció, el juego se niveló. La entrada de Kang In Lee animó los minutos finales, pero las pocas opciones en ataque del Valencia no fueron lo suficientemente claras como para que el marcador se ampliara.
jueves, 21 de febrero de 2019
Atlético de Madrid devora a la Juve
Un gran Atlético de Madrid, agigantado ante un desafío enorme, anuló y devoró ayer al Juventus en el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, disparado hacia el duelo de vuelta en Turín por los goles de los uruguayos José María Giménez y Diego Godín y un sensacional 2-0.
Ganó con indiscutible merecimiento, no recibió ningún tanto en contra y llegará al Juventus Stadium con dos goles de ventaja. Un plan y un desenlace perfecto para un equipo que quiere la Liga de Campeones, que no entiende de favoritos, que fue capaz de dejar en prácticamente nada a un rival de tal talla y a Cristiano Ronaldo.
Y pese al VAR. De estreno en los octavos de final del torneo de los torneos, sin él la ventaja habría sido incluso mayor para el conjunto rojiblanco, frustrado por un tanto anulado a Álvaro Morata, concedido primero por el árbitro, antes de visionar de nuevo la jugada. Ni siquiera eso le hizo decaer. Luego logró los dos goles.
Cada nuevo estadio necesita sus historias; momentos imborrables que transcienden el tiempo. En ello está el Wanda Metropolitano, que ya disfrutó con las semifinales de la Liga Europa ante el Arsenal y que ahora quiere más. Mucho más. Ya tiene una noche de Champions vibrante, pero aún queda completarla el 12 de marzo en Turín.
No hay matices en la competitividad del Atlético. Tampoco en Diego Costa. Un “guerrero”, como lo calificó Simeone, pero también mucho más. El pasado sábado reapareció dos meses y diez días después de una lesión; ayer les irrumpió en once con la voracidad, la fuerza y la pasión que le hacen temible para cualquier oponente.
Lo logró el Atlético, con un sensacional testarazo de Morata en un estupendo pase de Filipe... Pero lo frustró el VAR. El Atlético, que insistió e insistió hasta que logró lo que tanto buscaba: el 1-0.
Siete minutos después, cuando una serie de rebotes después de un saque de esquina le quedaron al alcance de Giménez, que se lanzó con el alma para remachar el gol del Atlético, merecido sin duda, para desatar la fiesta en el Metropolitano, agrandada instantes después, cuando Godín, impecable todo el duelo, culminó la apoteosis: el 2-0.
Ganó con indiscutible merecimiento, no recibió ningún tanto en contra y llegará al Juventus Stadium con dos goles de ventaja. Un plan y un desenlace perfecto para un equipo que quiere la Liga de Campeones, que no entiende de favoritos, que fue capaz de dejar en prácticamente nada a un rival de tal talla y a Cristiano Ronaldo.
Y pese al VAR. De estreno en los octavos de final del torneo de los torneos, sin él la ventaja habría sido incluso mayor para el conjunto rojiblanco, frustrado por un tanto anulado a Álvaro Morata, concedido primero por el árbitro, antes de visionar de nuevo la jugada. Ni siquiera eso le hizo decaer. Luego logró los dos goles.
Cada nuevo estadio necesita sus historias; momentos imborrables que transcienden el tiempo. En ello está el Wanda Metropolitano, que ya disfrutó con las semifinales de la Liga Europa ante el Arsenal y que ahora quiere más. Mucho más. Ya tiene una noche de Champions vibrante, pero aún queda completarla el 12 de marzo en Turín.
No hay matices en la competitividad del Atlético. Tampoco en Diego Costa. Un “guerrero”, como lo calificó Simeone, pero también mucho más. El pasado sábado reapareció dos meses y diez días después de una lesión; ayer les irrumpió en once con la voracidad, la fuerza y la pasión que le hacen temible para cualquier oponente.
Lo logró el Atlético, con un sensacional testarazo de Morata en un estupendo pase de Filipe... Pero lo frustró el VAR. El Atlético, que insistió e insistió hasta que logró lo que tanto buscaba: el 1-0.
Siete minutos después, cuando una serie de rebotes después de un saque de esquina le quedaron al alcance de Giménez, que se lanzó con el alma para remachar el gol del Atlético, merecido sin duda, para desatar la fiesta en el Metropolitano, agrandada instantes después, cuando Godín, impecable todo el duelo, culminó la apoteosis: el 2-0.
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