La selección española jugó con fuego en Skopje, donde tras una clara superioridad con ventaja al descanso de dos goles, de Silva y Diego Costa, pensó en las vacaciones y su relajación resucitó a Macedonia, que luchó con orgullo hasta el final por la sorpresa (1-2).
Era la primera titularidad de Isco en un partido de clasificación al Mundial con Lopetegui de seleccionador. La apuesta por extremos en un tridente ofensivo le perjudicaba. Cambió el plan el seleccionador en Skopje para juntar talento en el centro del campo y provocar desajustes en el planteamiento defensivo de Macedonia.
Tenía presente la última visita al Arena Felipe II, cuando hace menos de dos años España ganó con un tanto de fortuna de Mata en un centro y se estrelló ante un muro. Sumado a que era el último partido del curso, el cansancio de unos y el tiempo sin competir de otros, el encuentro se presentaba en un escenario de cierto peligro. Sin margen para el error, el equipo italiano salio directo a vencer a su rival.
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