El presidente de la Real Federación Española de Fútbol suspendido cautelarmente, Ángel María Villar, y su hijo Gorka salieron ayer de la prisión madrileña de Soto del Real tras pagar las fianzas de 300 mil y 150 mil euros, respectivamente, que les impuso el juez del caso Soule, Santiago Pedraz.
Padre e hijo abandonaron la prisión a la que ingresaron el pasado 20 de julio sin posibilidad de fianza por orden de Pedraz. El magistrado de la Audiencia Nacional les puso el lunes esas fianzas porque considera que no existe riesgo de fuga y “difícilmente podrían obstaculizar la instrucción”, al haberse practicado ya las diligencias “urgentes” de la causa.
Ahora, ambos tienen la obligación de comparecer semanalmente ante un juzgado, deben entregar el pasaporte y facilitar un teléfono móvil donde puedan estar localizables si son requeridos.
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