El entrenador argentino del Atlético de Madrid Diego Pablo Simeone cumplió tres años en el banquillo del conjunto rojiblanco, al que llegó en una situación comprometida y aupó a la conquista de una Liga Europa, a la que siguieron una Supercopa de Europa, una Copa del Rey, la Liga del pasado año y la reciente Supercopa de España.
El técnico porteño arribó al conjunto madrileño un 23 de noviembre de 2011, al día siguiente de que Gregorio Manzano hubiera sido destituido, condenado por la eliminación copera a manos del Albacete de Segunda B y con el equipo décimo en Liga.
"Como jugador cumplí una etapa y hoy llego como entrenador con otra responsabilidad. Sé la exigencia que tiene el Atlético. No me asusta, me entusiasma como todas las situaciones que generan desafíos. Esta es una más. Aquí estamos para recuperar un poco de lo que siempre tuvimos", dijo Simeone cuando fue presentado.
A partir de entonces, el Atlético encadenó 31 partidos con tan solo cinco derrotas, terminando en el quinto lugar de la Liga, pero logrando la segunda Liga Europa de su historia con un inapelable 3-0 en la final contra el Athletic de Bilbao en el National Arena de Bucarest, con dos goles del colombiano Radamel Falcao de bella factura.
La siguiente temporada comenzó por la victoria en la Supercopa de Europa ante el Chelsea (1-4), fue la de la confirmación y comienzo de la ruptura de algunos techos mentales del Atlético. El primero, el de la incapacidad para derrotar al Real Madrid en duelos oficiales durante catorce años.
La victoria en la final de la Copa del Rey de mayo de 2013 (1-2) en el Santiago Bernabéu supuso quebrar de la estadística negativa ante el eterno rival, con un gol del hispanobrasileño Diego Costa que respondió al 1-0 del portugués Cristiano Ronaldo y un gol de cabeza del brasileño Joao Miranda en la prórroga que le dio el título a los de rojo y blanco.
Esa temporada, el Atlético concluyó tercero en Liga y logrando el deseado billete para la Liga de Campeones.
Lo mejor estaba por llegar en la campaña 2013-14. El equipo comenzaba con la incertidumbre de perder a Falcao, pero con la esperanza de la confirmación de Diego Costa.
El inicio de ese Atlético fue impresionante. Ocho jornadas sin conocer la derrota en Liga (hasta el 1-0 del Espanyol en Cornellá). Doce partidos, si se cuenta la Liga de Campeones y la Supercopa de España, que se llevó el Barcelona por empatar 1-1 en el Calderón.
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