Las paradas de David de Gea y la reivindicación goleadora de Aritz Aduriz, marcando en el único disparo a puerta de España en todo el partido, salvaron a la Roja de la derrota en Udine ante Italia, pero no de una imagen irreconocible (1-1).
España extiende una imagen por mejorar en partidos amistosos.
Alejada de la tensión necesaria para mostrar su verdadera cara, en fechas que siempre parecen incómodas para jugar. Provocan el enfado de un hombre tranquilo como Vicente del Bosque. No hay espacio para la selección y cualquier partido incomoda. En la recta final de la temporada en los clubes, la actitud de los internacionales estuvo lejos de ser la adecuada para vencer.
La primera parte de la Roja fue de las peores que se recuerdan en la exitosa 'era Del Bosque'. Sin posesión ni muestras de calidad, dominada por Italia y en pie gracias a las intervenciones de un inconmensurable De Gea. El pulso por la titularidad en la portería en la Eurocopa de Francia entra en un momento definitivo. El seleccionador impidió el pulso de leyendas Iker Casillas-Buffon. De Gea mostró sobre el césped las razones.
Sólo su exhibición frenó a una voluntariosa Italia, que puso más corazón y mereció mejor premio. Con un bloque renovado pero veterano, por encima de la treintena en la edad media, buscó la debilidad de España y encontró en el carril izquierdo el principal punto donde generar peligro. Con Azpilicueta desbordado, uno de los centros de Candreva acabó en el poste cuando, a los seis minutos, Sergio Ramos despejaba hacia su propia portería.
España no presionaba, no tenía profundidad cuando tenía la posesión y sólo las ganas de Morata, tirado al costado izquierdo como en el Juventus esta campaña, se salvaban de la quema en los jugadores de campo.
De Gea comenzó su recital a los 16 minutos, sacando un disparo con bote envenenado, ajustado al poste de Giaccherini.
España no pisaba área rival y mucho menos inquietaba a Buffon que fue un espectador más toda la noche. Su ausencia de verticalidad la aprovechaba Italia, más metida como mostrabas dos entradas seguidas para frenar el ímpetu de Morata. No había subidas de los laterales españoles y su juego se convertía en previsible. La magia de Thiago no conectaba con nadie y De Gea evitaba el tanto a una volea de Eder y en dos tiempos a un disparo con rosca de Pellé.
De Gea ya nada pudo hacer a los 67 minutos, en una contra veloz italiana, que acabó con centro desde el costado izquierdo de Giaccherini que definió a la perfección en carrera Insgine, lanzándose a por el balón en un remate de raza.
El castigo merecido lo encajaba España que sí protagonizó la reacción del campeón. El defensor de la corona europea no tardó más que tres minutos en firmar el empate definitivo. En su único tiro a puerta marcó tras falta de Cesc que remató Morata y el rechace de Buffon, lo fusiló Aduriz incendiando el debate del 9 en la Roja. 70 minutos le habían bastado para igualar. El empate lo salvó De Gea volando a un balón picado perfecto, con rumbo a la escuadra, de Insigne, en un encuentro que deja una imagen que mejorar de inmediato en Rumanía antes de la lista definitiva de Del Bosque para la Eurocopa de Francia.
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