Ángel María Villar, suspendido durente un año como presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), aseguró ayer lunes que, no sólo no intercedió por su hijo Gorka para que fuese director general de la CONMEBOL, sino que prefería que no lo fuese. Villar, que compareció este lunes en rueda de prensa para advertir de la “grave situación” creada por el Gobierno español al apartarle de la presidencia, lo que, en su opinión, puede costar el Mundial a la selección, defendió la gestión de su hijo tanto en el fútbol sudamericano como en la RFEF. “Se dijo que presioné. Yo no quería que mi hijo fuera a la CONMEBOL, porque iba a estar varios años sin verlo. Mi hijo fue allí por su valía, porque quienes lo conocen lo consideran capacitado. Mi hijo lo que ha conseguido, lo ha conseguido con su esfuerzo”, explicó.
El exvicepresidente de la FIFA y la UEFA también negó que Gorka Villar influyese en la contratación de partidos amistosos para la selección española.
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