Las goleadas del Real Madrid y del Barcelona en la apertura del campeonato español reabrieron el debate sobre la existencia de dos ligas, la de los dos grandes en su lucha particular por el título y la que juegan los demás.
El 0-6 del Madrid en Zaragoza y el 5-0 del Barcelona al Villarreal, cuarto en la Liga pasada, suscitaron la rebelión del resto de equipos con pretensiones de competir por las primeras plazas.
El que más lejos llegó fue el presidente del Sevilla, José María del Nido, quien afirmó que la Liga española "es la mayor porquería, no de Europa, sino del mundo".
Del Nido conduce desde la temporada pasada una campaña particular en contra del sistema de reparto de los derechos de televisión, que en su opinión favorecen sólo a dos clubes, el Madrid y el Barcelona, que, al percibir las mayores sumas, pueden fichar a grandes estrellas y dominar la competición.
"Estamos a 110 millones de euros (158 millones de dólares) del presupuesto del Real Madrid y del Barcelona", dijo Fernando Roig, presidente del Villarreal, que atribuyó la culpa de la situación a la Liga de Fútbol Profesional (LFP), la patronal de los clubes.
La Liga negociaba conjuntamente los derechos televisivos desde 1990, pero seis años después los equipos optaron por los contratos individuales que ofrecían las cadenas con el objetivo de obtener mayores ingresos.
Con el pago por visión, las cadenas aumentaron los ingresos de los equipos con mayores audiencias, lo que agrandó la brecha entre el Madrid y el Barcelona y el resto.
Como solución al problema, Roig propone que los futuros aumentos de los derechos se hagan de una manera inversamente proporcional a la actual para que, en 3, 4 o 5 años se consiga "cierta igualdad".
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