Atlético de Madrid festejó una nueva victoria, la segunda goleada consecutiva, con el colombiano Radamel Falcao con el papel de protagonista, con dos tantos más, en un duelo que reafirmó sus altas aspiraciones en esta temporada frente a un gris Sporting de Gijón, doblegado por la superioridad local (4-0).
La euforia se desató en el estadio Vicente Calderón con el segundo 4-0 a su favor en apenas tres días, con otra demostración de Falcao, que suma cinco goles en los dos últimos encuentros de Liga, y con la buena producción de juego y ocasiones de su equipo, que ya apunta hacia arriba, antes de visitar el próximo sábado el Camp Nou.
Las rotaciones transformaron una vez más el once del Atlético. Esa es la política de Gregorio Manzano en los primeros compases de la temporada. Sin el brasileño Diego Ribas, lesionado, dio otra vuelta a su alineación, contó con el turco Arda Turan en la media punta, dio descanso de inicio a José Antonio Reyes y Mario Suárez, devolvió al equipo titular al argentino Eduardo Salvio, al brasileño Paulo Assuncao y Koke, prescindió en la convocatoria de Tiago...
No notó tanto cambio el conjunto madrileño, subido en una ola de optimismo, de buen fútbol y de confianza con la pelota en su poder, sobre todo en el primer tiempo. No le tiembla el pulso al Atlético cuando debe asumir el mando del encuentro, por encima de la baja de cualquier jugador o del sistema diseñado sobre el terreno de juego.
Igual que el domingo con el Racing, el equipo local disfrutó con el balón. Siempre se sintió superior al Sporting, un rival intenso, generoso en su presión y que perdió fuerza con el dominio y las ocasiones del Atlético, preciso en el toque y profundo en el desmarque, en el primer tiempo, y contundente en la segunda parte.
De la clase del turco Arda Turan, que exhibió sus innumerables recursos técnicos, en el regate o en su facilidad para visualizar casi siempre el mejor pase; del buen trato del balón y la movilidad en el medio; de las arrancadas por banda del brasileño Filipe y el portugués Silvio y de los remates del colombiano Radamel Falcao surgió un Atlético notable en juego y ocasiones en el primer tiempo.
Falcao protagonizó la mayoría, como un penalti no pitado por Iturralde González, un gol legal anulado a un cabezazo suyo tras un córner o un intento acrobático a las manos de Iván Cuéllar, un muro para el Atlético durante casi media hora, con paradas incluidas a remates de Joao Miranda y Koke, hasta que una media chilena del colombiano, tras otro saque de esquina, se alió con la fortuna, con un toque definitivo en Lora que significó el merecido 1-0.
También ha ganado el equipo madrileño en poder aéreo este curso. No hay prácticamente ningún balón que sobrevuele el área rival sin que la toque o roce algún futbolista atlético, casi siempre Falcao, que se impuso en todos los saltos a la zaga rival y que perdonó el 2-0, esta vez con el pie, a pase de Silvio ante un Sporting con poca capacidad de reacción antes del descanso, apenas un potente lanzamiento de Rivera como opción más destacada.
El conjunto asturiano sí encaró con más convicción la segunda parte, en la que ya emitió más señales de peligro sobre la portería del belga Thibaut Courtois. Aunque sólo amagaba por las proximidades de la meta local, fue suficiente para incomodar a un Atlético relajado, que ya no se sentía tan seguro sobre el terreno de juego.
Del control madrileño se pasó a una segunda parte que prometía más equilibrio. Hubo dudas durante veinte minutos, el tiempo que tardó el Atlético en retomar el ritmo del partido, en que Falcao estrellara un balón en la cruceta y en que Álvaro Domínguez cabeceara a la red un córner para sentenciar el choque (2-0).
Zanjado el asunto del resultado, el Atlético aún tuvo tiempo de ampliar su renta. Marcó dos goles más. Los merecía Falcao. Incansable en pelea, en movilidad, en desmarques, en saltos y en remates firmó otros dos tantos. Dos golazos, uno en una jugada individual en el área y otro en un cabezazo imparable. Espectacular.
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