Cristiano Ronaldo reenganchó al Real Madrid a la Copa del Rey, lideró la remontada ante el Celta después de la derrota en Vigo y llevó al cuadro de Jose Mourinho hacia los cuartos de final de la competición, en los que se enfrentará al Valencia.
El choque, aparentemente plácido durante buena parte del tiempo, no careció de la incertidumbre y los agobios que acompañan al equipo blanco durante este curso. Afrontó el tramo final con diez, por la expulsión de Sergio Ramos. En cualquier caso, siempre aparece Cristiano Ronaldo para sacar la cuestión del apuro. Ante el Celta hizo tres.
Mourinho mantuvo en la meta a Iker Casillas a pesar de que disputó el pasado encuentro de Liga por la expulsión de Adán, que se sentó en el banquillo. Parece firme ante el pulso el preparador luso. El capitán tendrá continuidad el sábado. Puede que circunstancialmente. Pero ahora es el portero de la Copa. Adán tendrá recorrido una vez cumpla el partido de suspensión.
El Santiago Bernabeu está susceptible con el tema. Abucheó al preparador cuando fue citado por megafonía. Y ovacionó a Iker cuando su número apareció en el marcador electrónico y también cuando acudió a su portería para el inicio del partido.
Paco Herrera sorprendió con su once. Iago Aspas, el futbolista referencia del conjunto vigués esta temporada, apareció en la relación de reservas. Es un jugador desequilibrante el atacante gallego. Pero su entrenador le apartó de la puesta en escena.
Con el Bernabeu expectante después de días de tanta esquizofrenia, Cristiano Ronaldo llevó la calma a la grada. Un lanzamiento suyo desde el vértice izquierdo del área visitante se coló como una exhalación en la meta de Sergio, que contempló la acción desprevenido.
En tres minutos el Real Madrid había sosegado la eliminatoria. Después el partido se durmió. El Celta encontró el balón y empezó a moverlo. Lo tuvo, pero no inquietó a Casillas.
El Madrid esperó en busca de contraataques definitiva pero sus acciones morían al borde del área de Sergio. Hasta que el croata Luka Modric y el alemán Mesut Ozil se hicieron con el partido. Especialmente el croata. Se encontró a gusto y tiró de atrevimiento y talento. También de esfuerzo en la recuperación.
Así las acciones de gol se multiplicaron en el tramo final de la primera parte. Modric se inventó un centro hacia el corazón del área, donde irrumpió Cristiano Ronaldo que, según vio el balón, batió con la izquierda a Sergio.
Con el Celta tocado el Madrid disfrutó de lo mejor. Pudo encajar más el cuadro visitante hasta que el encuentro se afeó. El equipo de Paco Herrera no detuvo el partido con el alemán Sami Khedira en el suelo y Sergio Ramos soltó una patada a De Lucas. El lío se montó entre los jugadores. Ramos y Arbeloa acabaron amonestados.
Lo peor llegó a continuación, con la lesión de Hugo Mallo, al que se le fue la rodilla en una carrera con Cristiano Ronaldo. Fue retirado en camilla, con lágrimas de dolor y un futuro con mala pinta.
El Celta se mostró más atrevido en la reanudación. Paco Herrera adelantó sus líneas e incentivó la presión y la segunda parte comenzó con dos llegadas del cuadro gallego al área de Iker. Ya no estaba Xabi Alonso que tuvo que quedarse en el vestuario con el cuello dañado. Varane salió por él y Ramos fue a la banda derecha.
Iago Aspas irrumpió en el escenario a falta de 35 minutos, con el Celta animado. Un pase suyo dejó a De Lucas sólo ante Iker, que desvió el balón en la mejor acción visitante.
La segunda tarjeta amarilla de Sergio Ramos dejó al Real Madrid con diez jugadores para el último cuarto de hora. El Celta echó el resto y encerró al cuadro de Mourinho. Apareció Iker para deshacer el acoso vigués.
Sin embargo, en una contra mortal, a última hora, apareció de nuevo Cristiano Ronaldo para disipar las dudas y llevar al Madrid a cuartos. Después, Khedira redondeó la cuenta.
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