El Racing de Santander ha seguido adelante con su ultimátum y se ha negado a jugar el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey ante la Real Sociedad, al no producirse la dimisión del presidente del club cántabro, Ángel Lavín y del resto del consejo de administración que demandaba la plantilla.
Los jugadores del equipo cántabro, a quienes el club les adeuda varias nóminas, formaron abrazados en el centro del campo tras el pitido inicial y, después de que los futbolistas rivales echaran el balón fuera, le comunicaron al árbitro que no iban a jugar y esperaron al resto de la plantilla y al cuerpo técnico, mientras en el palco no estaba Lavín.
Aunque los futbolistas del Racing habían reiterado ayer que no estaban dispuestos a jugar si Lavín no dimitía y a eso se unía las malas condiciones meteorológicas, los campos de Sport de El Sardinero registraron ayer la mejor entrada de la temporada porque la afición quería acompañar a los jugadores en este trance más que ver un partido de fútbol.
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