La selección española, leyenda tras la conquista de dos Eurocopas consecutivas y un Mundial de por medio, inicia con imagen renovada pero la misma esencia de juego, un reto mayúsculo en la búsqueda de ser la primera en la historia que se corona tres veces campeona, sin fiarse en su primer paso de la República Checa, obligada a huir de la polémica y las dudas.
Arranca un nuevo reto la selección española con ilusiones renovadas y el objetivo de recuperar su línea ganadora dejando en el olvido la imagen del Mundial de Brasil. Será el último desafío con Vicente del Bosque al mando, si cumple su intención de cerrar un exitoso ciclo de ocho años, en los que retomó la brillante herencia de Luis Aragonés y culminó el trabajo con las cotas más altas.
La renovación que necesitaba España hace dos años la encomendó la Federación Española a Del Bosque, gran conocedor de la cantera, que cambió su línea para diseñar la lista de 23 elegidos para la cita de 2016. Trece de ellos nuevos respecto a la Eurocopa 2012; hasta diez tomando de referencia el Mundial de mal recuerdo.
De las caídas se aprenden lecciones y Del Bosque descartó homenajes como en Brasil a jugadores que marcaron la época dorada del fútbol español, para acudir a la cita de Francia con los que considera en mejor estado de forma. Por el camino encaró debates como prescindir del pasado, como considera a Fernando Torres, renunciar a dos años de pruebas con Diego Costa.
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