Un golazo del central Íñigo Martínez desde su campo en la prolongación del partido, que hizo el 2-3, le devolvió la alegría a la Real Sociedad y dejó muy tocado al Real Betis, que llegó a empatar un 0-2 desfavorable en el tramo final del choque pero que sigue en una espiral muy negativa.
Pese a ser el decimotercer partido que disputaban, el choque ya se había planteado con mucha tensión y urgencias al llegar el equipo donostiarra como colista de la tabla y el sevillano con una racha de ocho partidos sin ganar, con siete derrotas y un solo empate.
Estas circunstancias también habían hecho que se cuestionase la labor en los banquillos de Pepe Mel y el francés Philippe Montanier, quienes aleccionaron a sus jugadores a darlo todo.
Montanier, con carencias significativas en las zonas de creación y defensiva por las bajas, entre otros, de Xabi Prieto, Asier Illarramendi, Alberto de la Bella o el francés Liassine Cadamuro, planteó un entramado de contención ante un Betis que, una vez casi despejada su enfermería, se plantó con un 'once' que podría denominarse de gala, en el que el paraguayo Roque Santa Cruz debió tomar la responsabilidad del gol, algo que se le resiste al equipo.
Fue, pese a todo, la Real el equipo que gozó primero de una buena ocasión en los inicios del encuentro con un remate de Gorka Elustondo y una buena intervención del meta Casto Espinosa, pero sobre todo, a los 22 minutos, cuando Antoine Griezmann lanzó muy mal fuera un penalti que Casto le había hecho al propio extremo francés.
Los jugadores de la formación guipuzcoana reclamaron al árbitro que en esa jugada el portero bético tenía que haber sido expulsado con tarjeta roja, pero Alfonso Álvarez Izquierdo consideró que la acción era solo de amarilla.
El Betis se salvó por partida doble, de un posible gol en contra y de jugar en inferioridad numérica, y hasta el descanso, con el canterano Pozuelo como el más entonado en el ataque, apretó sobre la portería visitante pero, como es tónica en las últimas semanas, con la puntería desviada.
Eso mantuvo vivo al equipo vasco, que también se aprovechó del ataque constante local para salir en algunos contragolpes peligrosos y reclamar, incluso, otro penalti poco antes del descanso por derribo sobre Czarlos Vela, lo que el colegiado catalán no vio.
El equipo de Pepe Mel quiso mantener la iniciativa en el juego en la reanudación de partido en la segunda mitad, aunque volvió a ser la Real Sociedad la que a la contra creó peligro por mediación de un inocente Griezamann en el remate.
Sí logró el equipo visitante el objetivo del gol a la salida de un córner con un cabezazo libre de marca del punta Imanol Agirretxe a los diez minutos del inicio de este período y pocos minutos después el propio Agirretxe estuvo cerca de poner el 0-2 pero el balón se le fue al larguero.
Betis se descompuso y Mel dio entrada al canterano Ezequiel y Jonathan Pereira para intentar recomponer la situación, pero el tiempo pasó sin que los verdiblancos reaccionaran ante un rival bien posicionado y que en el minuto 76 logró su segundo tanto por mediación de Carlos Vela en otra fragilidad de la defensa local.
No tardó mucho tiempo Jonathan Pereira en romper el maleficio que tenía el Betis con el gol desde hace muchas jornadas y puso un 1-2 que cambió el partido, porque fue ahora la Real Sociedad la que se descompuso y el Betis se envalentonó hasta el punto de que otra vez el delantero gallego marcó y puso el empate a falta de cinco minutos para que se cumpliera el tiempo reglamentario.
El equipo local se fue con todo al por la victoria y no tuvo en cuenta su defensa, con lo que Íñigo Martínez se inventó desde su campo un lanzamiento que cogió a Casto adelantado y puso el 2-3 ante el júbilo de los donostiarras y la desesperación bética.
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