Valladolid vivió en estadio de La Romareda el debut soñado en su regreso a Primera división al imponerse por la mínima al Real Zaragoza en un partido que los zaragocistas solo controlaron en los inicios de cada tiempo, mientras que su rival supo manejar mejor los tiempos e hizo valer el gol que marcó en los instantes finales de la primera parte.
La necesidad de acoplarse a las adversas condiciones del terreno de juego quedó patente desde que el balón comenzó a rodar sobre el moribundo césped del estadio zaragozano.
El equipo maño comenzó bastante más entonado que su rival y con las ideas mucho más claras, lo que le permitió hacerse con el control del juego y llegar hasta las inmediaciones del área de Jaime con peligro, mientras Roberto se convertía en un mero espectador del choque.
Poco más de un cuarto de hora duró el fuelle de los zaragocistas que se fue desinflando poco a poco, justo lo contrario de lo que le sucedía a su rival. Aún así los hombres de Manolo Jiménez lo intentaron con dos lanzamientos lejanos de Montañés y Apoño sin mayor peligro.
La mejor ocasión llegó tras unas inocentes manos fuera del área de Jaime, el lanzamiento de falta provocó un barullo en las proximidades del área visitante pero Montañés no acertó en su remate.
El regreso a Primera división comenzó pesándoles en las botas a los vallisoletanos, pero una vez supieron desprenderse de la presión mediada la primera parte empezaron a llegar con peligro hasta la portería local.
Conforme mejoraba el juego de los de Pucela los zaragocistas iban dando pasos atrás y dejando claras sus deficiencias defensivas, sobre todo en el lateral derecho en el que Rukavina y Ebert hallaron un auténtico pasillo para crear peligro.
A los 35 minutos una internada de Rukavina le permitió dejar un buen balón a Javi Guerra que se encontró la oposición de Roberto. Nueve minutos después se produjo un nuevo aviso, en esta ocasión en un remate excesivamente cruzado de Ebert.
El peligro rondaba con demasiada claridad el área maña y en una buena acción de Omar por la banda izquierda sirvió un balón al que llegó con claridad el ex zaragocista Óscar González que remató solo y aunque llegó a tocar el balón el cancerbero local no pudo impedir que terminase dentro de su portería.
A Jiménez no le gustaba cómo se estaba desenvolviendo su equipo y trató de dar una mayor consistencia al centro del campo dando entrada a José Mari por un Romaric claramente fuera de forma. Los maños salieron con renovadas energías y a los dos minutos tuvieron la ocasión más clara en un centro de Obradovic que remató de cabeza Postiga poniendo en claros apuros a Jaime.
Con ventaja en el marcador, el conjunto de Miroslav Djukic se dejaba encerrar con la intención de desgastar a su rival a la espera de una buena oportunidad de salir a la contra para intentar sentenciar el encuentro.
El empuje maño duró bastante menos de lo que lo hizo en la primera mitad, aunque los de Pucela tampoco se iban hacia arriba en busca de la sentencia.
Una falta fuera del área y con parte de la barrera dentro del área provocó un penalti al protegerse Apoño con la mano. La clara oportunidad para encarrilar la victoria estaba en los once metros, pero el lanzamiento de Víctor Pérez lo desbarataron a medias entre Roberto y el poste.
Ese era el estímulo que necesitaban los zaragocistas para volver a meterse en el partido. Reaccionaron y volvieron a poner cerco al área visitante, pero con mucho más corazón que calidad en sus acciones para conseguir devolver el equilibrio al marcador.
A falta de siete minutos Apoño enganchó al borde del área un balón mal despejado por los vallisoletanos que se fue fuera por poco, en el mejor de su equipo en la segunda mitad.
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