El colombiano Radamel Falcao y sus goles, tres, dirigieron al Atlético de Madrid a su primer triunfo de esta Liga, una victoria incontestable ante un Athletic irreconocible, desastroso en defensa y que pasó inadvertido por el Vicente Calderón, superado por su rival y el potencial en ataque de su '9'.
Al igual que hace tres meses y medio en Bucarest, en la final de la Liga Europa que coronó a los madrileños como campeones, el desarrollo y el desenlace del encuentro le pertenecieron al Atlético con el mismo protagonista, Falcao, imparable de nuevo ante el equipo bilbaíno. Le ha marcado siete tantos en sus tres últimos choques.
El colombiano ha arrancado a tope. Está rápido, con fuerza y con ambición. En su reto es superar los 36 goles en 49 duelos oficiales del pasado curso, hoy lideró el triunfo de su equipo con tres dianas en el Calderón, el escenario donde está más cómodo, donde recibe más balones y donde destapa todo su poder goleador.
En el minuto 19 ya había alojado el balón en la red de la portería de Gorka Iraizoz. Le bastó una saque de banda, un amago a su marcador, Mikel San José, al que dejó fuera de combate con ese engaño y a golpe de zancada, para plantarse frente al guardameta, ante el que definió con talento, como el goleador que es.
El Atlético no había dudado con el 0-0 ni lo hizo con el 1-0. Es un equipo que quiere la pelota con el argentino Diego Simeone, que por momentos combina bien, con profundidad, que entra bien por banda y que cuenta con un incansable Falcao en la punta del ataque. No para de moverse el ariete. Es un incordio para cualquier defensa.
No se sobrepuso el Athletic al primer gol del colombiano. Lo intentó al principio en algún saque de esquina, con remates de Gurpegui y San José, e insistió unos minutos con el 1-0 en contra, en un bonito disparo de Ander Herrera con efecto, pero por encima del larguero, y en algún centro lateral sin final relevante.
Nada alarmante para el belga Courtois ni para el Atlético. Y menos con Falcao en el campo. El colombiano mandó alto un cabezazo, probó suerte desde muy lejos con un disparo potente y acertó en la siguiente, en un centro al área apurado del uruguayo Diego Godín, en posición de fuera de juego, rematado en el segundo palo por el '9'.
El 2-0, al borde del descanso, resolvió el asunto del marcador con todo el segundo tiempo por delante, porque el Athletic, un equipo que descubrió en el Calderón muchas más deficiencias, sobre todo defensivas, que virtudes, no aparentaba fuerza suficiente para sobresaltar la seriedad y la solvencia de un Atlético agradable.
Al conjunto bilbaíno ya no le dio para discutir el triunfo local en la reanudación. Fue tan inofensivo en la segunda parte como en la primera. Mala noticia para un equipo que pretende cotas altas en el nuevo curso, pero que ha comenzado la temporada con dos derrotas consecutivas y nueve goles en contra en dos jornadas de Liga.
Ni los cambios a la vuelta del vestuario -el argentino Marcelo Bielsa incluyó a dos hombres ofensivos, Iker Muniaín, ya recuperado de una lesión, e Ibai Gómez por el central Mikel San José y el extremo Markel Susaeta- ni la nueva fórmula -cuatro jugadores cambiaron de posición- mejoraron el funcionamiento del Athletic.
Tampoco frenó a Falcao, que provocó y transformó un penalti por mano de Gurpegui, muy protestada por el Athletic, para poner el tercero en un marcador en el que Tiago Mendes hizo el cuarto con un trallazo desde fuera del área, pero que se quedó corto (Iraizoz, sin duda el mejor de su equipo, salvó un puñado de ocasiones clarísimas y un cabezazo de Mario chocó con el larguero) y que alimenta las ilusiones del Atlético para la Supercopa, su siguiente desafío.
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