Sevilla se tuvo que conformar con un empate a domicilio frente al Rayo Vallecano (0-0), después de un partido en el que fallaron dos penaltis por medio de Álvaro Negredo e Iván Rakitic, y jugaron con un hombre más veinte minutos tras la expulsión del portero local Rubén Martínez.
Desde el inicio, el conjunto hispalense se erigió como dominador del encuentro en todas sus facetas, imponiendo autoridad en la medular y gozando de dos oportunidades muy claras para adelantarse antes del minuto diez.
La primera, a los seis minutos, con un penalti cometido por Jordi Amat que Álvaro Negredo, desde los once metros, estrelló el balón en el palo. Dos minutos después, Manu del Moral, en jugada personal por la izquierda, se encontró con el portero Rubén Martínez en un lanzamiento ajustado desde la frontal.
El primer disparo con cierto peligro del Rayo llegó a los 26 minutos, con un remate forzado de Nicki Bille, a pase de Lass, que acabó en las manos de Andrés Palop.
Esa acción animó un poco el encuentro, ya que el dominio del Sevilla se fue reduciendo en la medular, en parte a la irrupción del rayista Javi Fuego, que impuso cierto criterio en la salida del balón hacía los extremos.
La velocidad de Jesús Navas por la banda derecha del ataque hispalense causó muchos problemas al Rayo. El futbolista sevillano no encontró oposición en José Manuel Casado y pudo abrir el marcador a los 29 minutos con un lanzamiento lejano que atrapó Rubén. Precisamente, el portero franjirrojo salvó a su equipo antes del descanso, después de que en una falta sacada por Rakitic el balón golpeara en el lateral derecho del Rayo Tito y saliera rebotado hacía la línea de gol.
Tras la reanudación, una falta lanzada por Trashorras, semejante a la que dio la victoria ante el Granada, y que sacó Palop por encima del travesaño, levantó a los aficionados locales de sus asientos.
A partir de esa jugada, el Rayo se marchó decidido hacía la meta rival y la velocidad de Lass hizo estragos por la banda derecha del Sevilla. Al equipo andaluz, con un centro del campo roto por el empuje del equipo franjirrojo, se le puso todo de cara cuando en el minuto 69 el portero Rubén fue expulsado al derribar al croata Rakitic dentro del área. El penalti, frente al recién salido Dani Giménez bajo los palos, lo lanzó fuera el mismo Rakitic.
Con un hombre menos, la decisión del técnico local Paco Jémez fue la de dar entrada al central Alejandro Gálvez para restablecer una línea de cuatro zagueros. Esa apuesta le salió bien al Rayo, que se mostró firme defensivamente y aguantó bien las embestidas sevillistas, que tuvo su última ocasión con un cabezazo de Botía, a los 87 minutos, que se marchó por encima del travesaño.
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