El Rayo cayó eliminado de la Copa del Rey al ser incapaz de remontar el 1-0 de la ida ante Las Palmas, de Segunda División, que hizo valer un empate en Vallecas (0-0) tras un partido en el que los locales adolecieron de pegada y volvieron a finalizar, como en el Insular, con uno menos por la expulsión Rubén Martínez.
Con la necesidad imperiosa de ganar por, al menos, dos goles, el Rayo salió desde el minuto uno decidido a dar la vuelta a la eliminatoria, pero se contagió del frío reinante en Madrid al demostrar pocas ideas y escaso fútbol sobre el terreno de juego.
Paco Jémez, técnico del Rayo, optó por dar la oportunidad a los menos habituales en Liga y presentó un once revolucionario, con jugadores que incluso se estrenaban de manera oficial con la camiseta franjirroja, caso de Manuel Arana.
El conjunto canario salió algo dubitativo al césped y le costó entrar en el partido, en parte por el alto ritmo de juego que impusieron los de Vallecas, sobre todo por el costado izquierdo, comandado por el guineano Lass Bangoura.
Mediada la primera mitad, el ímpetu del Rayo se fue frenando a medida que el conjunto visitante iba ganando metros, merodeando en alguna ocasión el área rival, como en un disparo lejano de Nauzet Alemán que atrapó Rubén Martínez o un disparo cruzado del francés Thievy Bifouma.
Esas acciones hicieron que el Rayo dejara de irse al ataque de manera tan directa y optara por comenzar a elaborar jugadas en la medular, con el ghanés Mohammed Abu y Adrián González como directores, con escasa incidencia a nivel ofensivo.
Nada más comenzar la segunda parte, Jémez dio entrada sobre el césped a Roberto Trashorras con la idea de mejorar en la circulación del balón y ganar profundidad en los metros finales. Sin embargo, no fue hasta la salida del brasileño Leo Baptistao en el minuto 62 cuando el Rayo empezó a cercar la meta rival.
La decisión del técnico rayista de sustituir a un central, Mikel Labaka, por un ariete como Leo, supuso una apuesta arriesgada, ya que la fragilidad que mostraron los franjirrojos con tres defensas quedó patente con la expulsión por roja directa del portero Rubén, que tocó el balón con la mano fuera del área al salir a por Chrisantus, que se aprovechó de un fuera de juego mal tirado para plantarse solo delante de la meta rival.
Con diez jugadores, al Rayo le costó mucho acercarse a la meta de Las Palmas, que se posicionó muy bien sobre el césped y, renegando de la iniciativa ofensiva, solo creó peligro tímidamente en alguna acción aislada de Thievy o Chrisantus.
El conjunto franjirrojo lo intentó hasta el final, pero su intento a la desesperada no dio frutos, puesto que los jugadores amarillos se dedicaron a achicar con acierto los balones que llegaban a su área y que en los compases finales fueron llegando con demasiadas imprecisiones del lado rayista.
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