Málaga se clasificó brillantemente para los octavos de final de la Liga de Campeones como primero de grupo tras empatar en el fortín ruso del Zenit (2-2), que logró salvar un punto al final del partido.
De esta forma, el equipo entrenado por el chileno Manuel Pellegrini hace historia al terminar como líder de un grupo C que se presentaba a priori complicado, pero en el que han decepcionado tanto el Milán como los rusos.
En la primera parte, el Málaga apenas notó las ausencias de varios de sus jugadores titulares, como Isco o Saviola, ya que el argentino Diego Buonanotte y el uruguayo Sebastián Fernández ofrecieron un rendimiento excelente.
Los andaluces, que brillaron en los primeros 45 minutos pero sufrieron mucho en la segunda parte, arrancaron como un torbellino y entre el minuto 8 y 9 ya habían marcado dos goles como dos soles en dos despistes defensivos locales.
El primero nació en un centro desde la derecha de Sebas Fernández que la defensa rusa no acertó a despejar, lo que fue aprovechado por Buonanotte para recibir el balón, conducirlo unos metros en el área y sutilmente inaugurar el marcador.
Sin tiempo para respirar, Malaféev se equivocó en un saque de puerta, entregó el balón al paraguayo Ruque Santa Cruz, quien se lo cedió a Fernández, quien marcó prácticamente a puerta vacía.
El Zenit, en el que el portugués Danny, recién aparecido después de varios meses de lesión, fue el más activo, lo intentó durante el resto de la primera parte pero sin suerte.
Todas las internadas rusas terminaban en los pies del argentino Martín Demichelis o del estadounidense Onyewu, que se mostraron muy seguros, y los pocos centros con peligro que llegaron al área malacitana fueron detenidos por Wily Caballero.
El guardameta argentino del Málaga evitó en el último minuto del primer tiempo que el Zenit recortara distancias al despejar con las yemas de los dedos en una gran estirada un tiro con intención de Hubocan.
La segunda parte fue otra historia, ya que los pupilos del italiano Luciano Spalletti salieron con el cuchillo entre los dientes y los españoles se durmieron en los laureles, coincidiendo con la salida de Demichelis, que se quedó en el banquillo.
Nada más arrancar la segunda parte el Zenit logró marcar el primer gol en una buena jugada colectiva, en la que Danny controló un centro desde la izquierda y superó a Caballero cruzando elegantemente el balón (m.49).
Dos minutos después los rusos pudieron empatar en una clarísima ocasión, en la que el exsevillista Kerzhakov regateó al portero andaluz, pero disparó increíblemente fuera a puerta vacía.
El equipo de Pellegrini que sufrió un bajón físico sólo despertó al cuarto de hora cuando Duda tuvo en sus botas el tercer gol de falta directo, pero se topó con un gran parada de Malaféev, que despejó a córner cuando el balón se colaba en su portería.
A los 71 minutos, Kerzhakov decidió de nuevo perdonar la vida a los andaluces y tras una buena jugada y centro al corazón del área de Witsel, disparó desviado cuando lo más fácil hubiera sido disparar entre los tres palos.
Zenit, en el que el brasileño "Hulk" -fichado por 60 millones de euros del Oporto- estuvo especialmente desacertado, no dejó de intentarlo hasta el pitido final.
A falta de cinco minutos, Danny falló posiblemente el gol más fácil de su vida al trastabillarse con la pelota en el área pequeña, pero el balón cayó a los pies de Bystrov que empató el partido con un disparo desde fuera del área (m.86).
De no ser por Caballero, que estuvo inconmensurable especialmente en sus salidas, el Zenit se hubiera alzado merecidamente con la victoria en el último suspiro simplemente por mera insistencia.
Clasificado ya para los octavos de final de la "Champions", el equipo español podrá tomarse ahora como un trámite el último partido de la fase de grupos y centrarse en la liga, en la que no conoce la victoria desde hace tres jornadas.
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