Valencia recuperó el cuarto puesto de la Liga que perdió este domingo con una cómoda goleada por 4-0 ante el Granada, en un partido de superioridad local frente a un rival que se acerca al abismo, al quedarse a seis puntos de las posiciones de permanencia.
El encuentro no fue bueno, pero dejó muy buen sabor de boca entre la afición local, ya que el Valencia fue superior en la primera mitad y, aunque en la segunda no se mostró muy incisivo, fue capaz de convertir la victoria en goleada con dos tantos en los minutos finales.
Granada deberá mejorar mucho en los partidos que restan para salir de su actual posición, ya que sus jugadores por momentos mostraron su calidad individual, pero estuvieron lejos de ser un equipo sólido y conjuntado.
El partido empezó con un Valencia impreciso, sobre todo en la conducción del balón, lo que conllevaba numerosas pérdidas y poca presencia de sus atacantes en las proximidades de la meta de Roberto.
Granada, por tanto, no pasaba por situaciones de peligro, pero tampoco las creaba, ya que su juego colectivo carecía de consistencia. Se aprovechaba más de la falta de contundencia del rival que de sus propios recursos.
Con este tipo de juego, era difícil que el gol llegara en jugada y tuvo que hacerlo en un balón parado cuando Javi Fuego cabeceó un córner sacado por la izquierda de la meta del equipo andaluz.
El gol entonó al Valencia, que poco a poco empezó a tejer acciones más elaboradas y, en consecuencia, más peligrosas, al tiempo que el conjunto de Abel Resino limitó sus llegadas a la meta de Alves a un par de tiros de esquina.
Fruto de la mejoría del Valencia llegó el 2-0 en una buena penetración de Barragán, que fue derribado por Mainz dentro del área.
Parejo se encargó de lanzar el penalti por el mismo lado que el que falló en la jornada anterior en el Camp Nou contra el Barcelona.
Esta vez, el portero se fue al otro palo.
Mantuvo su ritmo el equipo local hasta el descanso, al que se llegó con un marcador que reflejaba lo ofrecido por unos y otros hasta entonces.
La segunda parte se inició con un Valencia contemporizador, sin intención de quemar más energías de las necesarias y centrado en la posesión del balón, mientras que al Granada le costaba hacerse con él.
Valencia no buscaba con decisión un tercer gol para cerrar el partido y así el Granada mantenía la posibilidad de acortar diferencias y pensar en la igualada, sobre todo porque los valencianistas perdían demasiados balones en la zona media, lo que daba opciones al rival.
Granada, tras los cambios, manejó más el balón en la medular, aunque con poca profundidad, mientras que el Valencia solo parecía interesado en el contragolpe y en dar descanso a sus jugadores, ya que los tres cambios del equipo local fueron realizados más pronto de lo que es habitual en Nuno Espirito Santo.
Fue una segunda mitad monótona, jugada al ritmo que quiso el equipo local, pero sin apenas acciones vibrantes y muy pocas llegadas a las porterías.
Sin embargo, cuando se acercaba el final, el partido resucitó con un contragolpe en el que Negredo, con un pase magistral, propició el 3-0 marcado por Feghouli, que sentenció el partido y justificó el fútbol control desarrollado por los valencianistas durante el segundo tiempo.
Poco después, un gran cabezazo de Negredo a centro de De Paul puso el 4-0 en el marcador, un resultado contundente en un partido discreto, pero en el que todas las ocasiones fueron para los locales.
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