El Athletic Club ha alcanzado la final de una Copa del Rey que no olvidará al Mirandés, el rival al que ha vencido hoy en San Mamés por un contundente 6-2 que, no obstante, no empaña la espléndida trayectoria de un equipo de Segunda B que ha encadenado gesta tras gesta hasta acabar ganándose el cariño y la admiración de todos los aficionados al fútbol.
Ha sido duro el despertar del sueño del conjunto burgalés, que todavía albergaba la esperanza de llegar hasta el final de un camino hasta esta eliminatoria lleno de rosas, a pesar del 1-2 de la ida en Anduva.
Pero tres goles, de Iker Muniain, Markel Susaeta y Jon Aurtenetxe, en apenas 22 minutos, cerraron rápido la poca incertidumbre que iba quedando. Tres jugadas desde la banda derecha, siempre con Andoni Iraola de asistente, que sorprendieron demasiado escorada a la defensa visitante.
Ya en la segunda parte, Aitor Blanco recuperó el ánimo de los hoy de verde lima, Llorente apareció para concretar la goleada, Aitor Blanco acercó de nuevo a los suyos con el premio de un segundo gol en San Mamés, y César Caneda, en propia puerta, cerró un marcador de otros tiempos para la historia de ambos equipos.
Los de Charly Pouso, que esta vez no ha podido sacarse nada de su ya afamada chistera, se han encontrado con un Athletic especialmente serio en su manera de encarar el partido y poderoso, muy poderoso, en su juego con Marcelo Bielsa en su banquillo.
Ni el técnico argentino ni sus jugadores han dado ni el más mínimo resquicio a la sorpresa. Ni en Miranda, ni en Bilbao, donde para el primer cuarto de partido había dejado más que sentenciada la eliminatoria.
Ya la había empezado a decantar seriamente Muniain con un primer tanto en el minuto 11 que acabó con ciertas dudas con las que se vio al conjunto rojiblanco de inicio. Garmendia dudó ante De Marcos en una disputa al borde del área y Muniain se quedó solo ante Nauzet, al que batió por bajo.
Susaeta puso rápido el 2-0 en un combinación que nació en la banda y salió de las botas de Llorente. De Marcos e Iraola, ambos al primer toque y el segundo de espuela facilitaron que Susaeta recibiera solo dentro del área y, como antes Muniain, remachase ante el meta desprotegido meta visitante.
No acababa el Mirandés de recuperarse de tamaños golpes cuando otra jugada desde la derecha acabó de nuevo en gol. Esta vez con un cabezazo cruzado de Aurtenetxe a un centro pasado otra vez de Iraola. Aún pudo lograr un cuarto el Athletic antes del descanso en un par de remates de Amorebieta y Llorente.
El conjunto visitante, que pareció entrar mejor al partido que el local, apenas si puso en ciertos apuros a Iraizoz en un disparo desde la frontal del área de Pablo Infante, hoy con más protagonismo que hace una semana en Miranda.
Otra acción de Pablo Infante dio paso al inicio de la segunda mitad al 3-1, un tanto en un barullo dentro del área en el que porfiaron varios jugadores visitantes y que alojó entre los tres palos el vitoriano Aitor Blanco.
Y aún pudo acortar más distancias el Mirandés, en un remate de Muneta, a centro de nuevo de Pablo Infante, que salió rozando un poste de la meta local.
Se animaba el Mirandés, pero en un día de goles como el de hoy, y en la racha en la que está el ariete internacional últimamente, faltaba el gol de Llorente. Que no solo marcó uno, sino dos, antes de que Aitor Blanco, de nuevo, y César Caneda, en propia puerta, cerrasen el marcador.
El primero de preciosa vaselina, y el segundo en el segundo palo, a centro del socio que ha encontrado de tiempo acá, De Marcos, que le puso un balón primoroso.
Fue ese último el decimonoveno tanto en lo que va de temporada de Llorente, el quinto en Copa, el octavo en cuatro partidos y el undécimo en los últimos ocho.
Sin duda el mejor aval del Athletic de cara a una final que, viendo como está de forma el equipo rojiblanco y su delantero centro, en Bilbao desearían que se jugase dentro de unos días.
Pero no, será a finales de mayo, en fecha por determinar, el 20 o el 25, ante un rival que se conocerá mañana, Barcelona o Valencia. Y con el Mirandés, grande el equipo de Anduva en esta Copa, en el recuerdo.
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