El Real Betis apagó la escasa llama de la salvación que el Real Zaragoza había avivado la pasada jornada y, tras derrotarle 0-2, difumina las escasas ilusiones que había hecho florecer el triunfo aragonés en casa del Espanyol.
A pesar de la mejoría en el juego que evidenció, el equipo aragonés se fue de vacío de su campo y dilapidó el crecimiento moral que había experimentado tras su victoria en Cornellá-El Prat frente a un Betis que con el triunfo consiguió alejarse un poco más de la zona de descenso.
El conjunto zaragozano mostró, por primera vez en mucho tiempo, una cara de equipo de fútbol, algo que los seguidores de La Romareda casi habían olvidado.
El equipo maño presionaba y jugaba por igual dando buenas sensaciones. Y así, ya en el minuto 6 tuvo dos buenas opciones que avisaban a su rival de que era un conjunto distinto al que se había visto en la liga hasta ahora.
Sin embargo, el Betis también parecía llegar dispuesto a darle la extremaunción a un enemigo muy tocado y con la espada de Damocles sobre su cabeza y así en el minuto 14 tuvo una gran ocasión, por medio de Molina, que conjuró un inspirado Roberto.
Al minuto siguiente eran los propietarios del terreno los que pudieron abrir el marcador en un remate de cabeza de Luis García que salvó el central del Betis "Chechu" Dorado cuando se colaba en su meta.
A partir de ahí, y aunque el equipo de Manolo Jiménez dominó el juego, las ocasiones desaparecieron porque el equipo andaluz trabó el partido con sus jugadores tirándose al suelo al menor contacto.
El Zaragoza acusó la pérdida de ritmo y cerca del final de este periodo un error de marca dejó libre a Rubén Castro en las inmediaciones del área, lo que aprovechó el menudo delantero para poner por delante a los suyos.
Tras el descanso el equipo maño arriesgó en su planteamiento y eso permitió un juego de toma y daca, con un peligroso Betis a la contra que pudo haber sentenciado la contienda en los minutos 61 y 64, pero que se encontró de nuevo con un Roberto que fue providencial para sus colores.
Dichas ocasiones no fueron más que el preludio del segundo tanto, obra de nuevo de Rubén Castro en el minuto 69, que acabó por decidir la contienda ya que el equipo zaragozano acusó moralmente el golpe y ya no volvió a ser el mismo en unos minutos de ida y vuelta en ambas porterías.
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