Málaga curó las heridas de su derrota en Granada la pasada semana con una victoria ante el Mallorca, por 3-1, en un partido en el que impuso su mejor pegada ante un rival que mandó en muchas fases del encuentro.
Con este triunfo, el equipo malagueño sumó tres puntos muy importantes para optar a los puestos de competición continental.
Mallorca, pese a sus numerosas bajas, como las de los defensas Cendrós y Ramis, el centrocampista Martí y el delantero Víctor Casadesús, hizo un buen partido.
Ni siquiera se habían sentado muchos de los seguidores malaguistas cuando una falta a favor del Mallorca la aprovechó Pereira para firmar un lanzamiento seco, duro y raso, que sorprendió a la barrera, que no estaba colocada, y al guardameta Willy Caballero (0-1, minuto 3).
Pero la alegría le duró poco a Mallorca porque el Málaga siguió con su juego rápido por las bandas y mucho toque, y un remate del venezolano Rondón y el posterior rechace de Aouate lo remachó el uruguayo Sebastián Fernández para poner el 1-1.
Al control del Málaga, el Mallorca respondía con rápidos contragolpes con la rapidez de su mejor jugador, el uruguayo Chori Castro, y la movilidad del punta israelí Hemed.
Conforme avanzó el partido el Mallorca demostró mayor ambición y en algunos momentos incluso dominó, sobre todo en los albores del segundo periodo, cuando acorraló a su rival, aunque con escasa peligrosidad en los metros finales.
Cuando más controlaba el juego el Mallorca, se produjo un despeje de puños de Aouate a la frontal del área que interceptó Toulalan, cuyo disparo tocó en un defensor. El balón desvió su trayectoria, despistó al guardameta y supuso el 2-1 para los locales en el minuto 55.
A partir de ese instante se vieron los mejores momentos del Málaga con la participación de Isco, algo más activo, y de Santi Cazorla, y así llegó el 3-1, en una buena jugada de Sergio Sánchez que culminó Rondón con un lanzamiento ajustado a un poste.
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