El Sporting de Gijón encontró en el Granada el mejor remedio a sus males y a su costa logró la primera victoria de la temporada sin hacer un gran partido ante un rival que en la primera parte le dio muchas facilidades y en la segunda evidenció por qué es el equipo que menos goles ha marcado esta temporada.
El Sporting se jugaba mucho en este partido porque su situación en la clasificación no estaba para desperdiciar muchas más opciones de sumar la primera victoria.
Además, en los últimos partidos su juego había sido mucho mejor que en el inicio de liga pero el potencial de sus rivales, Barcelona y Sevilla, habían impedido mejores resultados.
Los rojiblancos salieron dispuestos a sentenciar lo antes posible y en los primeros cinco minutos crearon ya más ocasiones que en el partido ante la Real Sociedad o el Racing.
La primera, en el primero minuto en una internada de De las Cuevas que acabó con un remate de André Castro que sacó con muchos apuros Roberto.
No había pasado ni un minuto cuando Barral probó suerte y el balón fue rechazado de nuevo por el portero granadino, pero en la tercera llegada Roberto no pudo hacer nada ante un nuevo disparo de Barral que, tras quebrar a un defensa, adelantó al Sporting en el marcador haciendo bueno un gran pase de André Castro.
El ataque sportinguista, muy criticado por su ineficacia en el comienzo de la temporada, se mostró el sábado muy activo pero Barral caía una y otra vez en uno de sus principales defectos, el individualismo, lo que llegó a enfurecer a alguno de sus compañeros que le recriminaron.
La primera llegada del Granada fue un disparo cruzado de Dani Benítez con bastante peligro al que respondió Juan Pablo rechazando el balón y unos minutos después una internada de Nyom se desperdició porque su buen centro pasó por delante de varios defensa y de su compañero Benítez, perdiéndose por el otro lateral.
El Granada, sin méritos, equilibró un tanto el juego e incluso tuvo una gran oportunidad de empatar pero el disparo de Geijo se estrelló en un poste con Juan Pablo batido, pero a pesar de esa jugada el Sporting seguía jugando muy cómodo porque el centro del campo granadino apenas oponía resistencia.
En una de las múltiples llegadas locales André Castro se aprovechó de un mal entendimiento entre Roberto e Íñigo López, que se hicieron un lío con el balón y se lo dejaron para que el rojiblanco marcara a puerta vacía un gol que daba mayor tranquilidad a la grada y también al juego local, a pesar que antes del descanso Juan Pablo salvó a su equipo de encajar un gol a disparo de Uche.
Botía se quedó en el vestuario debido a unas molestias y se produjo una situación un tanto ridícula ya que el árbitro no permitió la entrada de su sustituto Gregory por un problema en su indumentaria, por lo que el Sporting tardó más de tres minutos en solucionar, tiempo que estuvo jugando con 10 futbolistas.
El Granada salió en la segunda parte con mucha más ambición y pasó a dominar el juego con algunas internadas peligrosas especialmente por la banda izquierda pero sin llegar a rematar con claridad aunque al menos empezó a hacer trabajar a la defensa sportinguista y en una de esas internadas Geijo cruzó con intención y el balón salió pegado al poste.
El Sporting cedió terreno de lo que se aprovechó el Granada para tener el balón mientras que los gijoneses, cuando se hacían con el balón, buscaban rápidos contraataques pero de nuevo el individualismo de Barral frustró alguna ocasión.
Ni el repliegue táctico ni las acciones de Barral gustaron a la afición que en algunas ocasiones hicieron evidente su disconformidad pero Preciado debió pensar que había que asegurar el resultado y también no forzar demasiado a hombres claves como De las Cuevas ya que el miércoles vuelve la liga y además su equipo juega ante un rival, el Mallorca, ante el que también quiere sumar.
La segunda parte fue de pésima calidad porque los locales optaron por defender el resultado y los andaluces que están negados de cara al gol porque desperdiciaron todas las ocasiones que crearon.
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