Villarreal y Zaragoza firmaron un empate en El Madrigal 2-2, que mantiene a ambos equipos en la zona media baja de la clasificación.
Los castellonenses pagaron su falta de acierto y pegada en el área y su endeblez defensiva, lo que permitió al Zaragoza estar a un paso de llevarse el partido, ya que el conjunto del mexicano Javier Aguirre estuvo dos veces por delante en el marcador y vio cómo, a falta de ocho minutos, les empataba el paraguayo Hernán Pérez.
Los locales vieron desde el inicio que el partido no sería ni mucho menos plácido, para sus intereses. Se encontraron a un Zaragoza, muy serio, agresivo y con la lección bien aprendida.
Los visitantes maniataron la línea de creación local, que se veía obligada a buscar el balón, muy lejos del área contraria. Así, lejos y desasistido Rossi en ataque, el Villarreal buscaba con Cani, el canadiense Jonathan De Guzmán y Álvaro Camuñas, crear peligro pero sin conseguirlo con claridad.
Mientras, los de Javier Aguirre esperaban cazar con el portugués Helder Postiga y Lafita una contra ante un rival agresivo y que provocaba que el Villarreal no encontrase su juego.
A los treinta y cinco minutos, Luís García fabricó una buena pared, que el mismo delantero aprovechó para superar de un tiro cruzado al portero del Villarreal.
Sin embargo, un penalti por un agarrón del italiano Lanzaro a Camuñas era convertido en gol por Giuseppe Rossi, que tuvo que lanzar por dos veces el lanzamiento por hacer una parada en el primer lanzamiento. A la segunda y "a lo Panenka", el italiano empataba a los cuarenta y un minutos.
Un resultado que parecía marcar el camino de los vestuarios, pero que la endeblez defensiva local, no quiso permitirlo. Y en una contra clara el mexicano Pablo Barrera, cruzaba el balón lejos del alcance de Diego López el segundo gol en último minuto del primer tiempo
Los locales salieron fuertes en el segundo tiempo pero a pesar de su dominio el Zaragoza seguía con peligro a la contra hasta llevar al partido a una situación en la que sólo la falta de acierto del Villarreal mantenía el resultado adverso.
El dominio y el ataque del Villarreal era intenso y con llegadas, pero no llegaba el empate. Pasaban los minutos, lo que favorecía el planteamiento del Zaragoza, ya que el cansancio y los minutos jugaban a su favor.
Al último cuarto de hora se llegó con un Villarreal con más corazón que cabeza en busca de la igualada, mientras que el Zaragoza intentaba cerrar el partido, fuerte en defensa y a la espera un certero contragolpe.
El partido tuvo un cambio a falta de diez minutos, cuando fue expulsado Lanzaro por doble tarjeta amarilla y a los dos minutos, en un saque de esquina de Senna, ponía la igualada el paraguayo Hernán Pérez, al rematar de cabeza a la misma escuadra.
El gol hacía justicia a los méritos de ambos equipos y sobre todo al trabajo del equipo de Garrido, aunque el Zaragoza pudo romper esa igualada, cuando el portugués Ruben Micael envió fuera un balón cuando estaba solo ante Diego López.
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