El Villarreal logró una victoria vital y muy sufrida por dos goles a cero contra el Rayo Vallecano, en un partido muy serio de los locales frente a un rival que no hizo su mejor partido.
Además, el equipo que dirige Juan Carlos Garrido comprobó que está en una mala racha de lesiones, ya que tres de sus jugadores clave como Marcos Senna, el argentino Marco Ruben y Cani, tuvieron que abandonar el terreno de juego lesionados.
Con un fútbol más sobrio de lo normal y sin destaparse en defensa, los locales empezaron a manejar el encuentro. Con llegadas de Cani y un activo Borja Valero, la sensación era que el peligro rondaba mucho más el área rival.
El Rayo, que gusta de jugar a la contra, se encontró sin muchos espacios y con la obligación de elaborar más su juego, con lo que al primer cuarto de hora se llegó con dos equipos que se respetaban y no arriesgaban.
Sin embargo, era el Villarreal el que se acercaba más al balcón del área contraria y en una de esas y a pelota parada, Bruno Soriano acertó a superar a Cobeño, con un remate de cabeza desde el área pequeña, a los veinte minutos. Después del gol, el Villarreal vio cómo perdía a un activo Cani por lesión en la rodilla derecha.
Tras el gol, el equipo local decidió esperar su opción de contragolpe para poder encarrilar aún más el encuentro. A falta de siete minutos para el descanso, el Villarreal pudo sentenciar con un penalti que no supo materializar Marcos Senna.
La segunda parte comenzó con dos muy malas noticias para los locales, ya que a los cinco minutos, tuvieron que marcharse del campo Marco Ruben y Senna, ambos con molestias.
Esta situación propició que el Rayo buscara con ganas la portería de Diego López y lo hizo con intensidad. Por ello, el Villarreal apostó por esperar en su campo y dejarle el balón al Rayo, a la espera de un contragolpe.
De esa forma, los de Garrido mantenían con cierta tranquilidad la pelota sin que Diego López sufriera, ya que el equipo de Sandoval seguía con la posesión de la pelota pero con poca profundidad.
En el ecuador de este periodo, Borja Valero se inventó una gran jugada que finalizó con un disparo seco y raso junto al palo, que supuso el segundo gol de su equipo. Un gol que afianzaba más el trabajo de los de Garrido y desesperaba un poco más al Rayo.
Aunque el equipo madrileño se lanzó a buscar el área de su rival, al igual que en la primera parte se mostró muy espeso ante la portería con sólo dos disparos lejanos del Rayo, que nunca llegaron a poner en aprietos nunca la portería local.
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