jueves, 19 de junio de 2014
La generación dorada, hundida
La generación dorada de futbolistas que llevó a España a ganar un mundial, el de Sudáfrica 2010, y dos Copas de Europa seguidas, también la hundió en Brasil 2014 al no poder sostenerse en pie y perder sus dos primeros partidos, el primero contra Holanda (5-1) y ayer frente a Chile (2-0), que decretaron su eliminación de la Copa a la que había llegado para defender su corona y supuestamente era una de las selecciones favoritas al título.
No se puede decir que España cayó de pie, más bien lo hizo de rodillas, porque esta selección —con muchos campeones mundiales en sus filas— no fue ni el remiendo de aquella que hace cuatro años hizo las delicias de la gente para ganar por primera vez en su historia, de manera muy merecida, el cetro mundial.
La selección de Vicente del Bosque vino a Sudamérica a tirar sus pergaminos por la borda, a tener un triste adiós, a borrar aquella imagen de equipo grandioso y dejar en la retina ésta, la de un cuadro pobretón, plagado de estrellas que más bien se estrellaron y mostraron tantas carencias como en su momento virtudes.
Chile le entregó a España, en pleno estadio Maracaná —todo un templo del fútbol—, el boleto a casa, y le dio el empujón —después de que Holanda la había humillado— hacia el abismo del Mundial, sin dejarle opción a que se fuera con la frente en alto. España volvió a ser una selección extremadamente débil en defensa, y a partir de ahí no tuvo argumentos para armarse en la mitad de la cancha y menos para generar peligro en ofensiva.
Así como los españoles duraron dos partidos —les queda uno, ante la también eliminada Australia, solo por cumplir—, los chilenos necesitaron de solo dos para dar un magnífico paso —junto con Holanda— a octavos, y cualquiera que sea su rival en esa instancia (por ahí el mismísimo cuadro brasileño) tendrá que mirarle con respeto y tener sumo cuidado.
Chile entró como una tromba, no le importó que al frente estuviera la campeona, avisó de entrada y a la larga esa decisión, con una buena base en un juego colectivo sólido y equilibrado, le dio resultados. Vargas abrió la cuenta a través de una buena jugada, mezcla de rapidez mental y habilidad para definir. Claro, la defensa le dejó jugar.
El conjunto español salió algo desesperado a buscar el empate, tuvo alguna chance desordenada, nada que hubiera manejado bien desde su concepción. Pero era evidente que el mejor juego lo ponían los chilenos. El cotejo se definió antes de que concluyera el primer tiempo. Casillas regaló la pelota con los puños y Aránguiz le clavó el 2-0.
España salió al segundo tiempo con otra fisonomía y otra mentalidad, pero le duraron una salva de cohetes. Se volvió a hundir. Los españoles no hubieran logrado nada. Se fueron despedidos de la peor manera, no los echó nadie, se marcharon solitos consecuencia de su pobreza y firmaron la peor participación española en un mundial.
Los datos
La peor. Nunca antes la selección española había sido derrotada en sus dos primeros partidos de un mundial. De paso, recibió siete goles y apenas pudo marcar uno.
De México. En 2010, cuando fue campeona en Sudáfrica, cayó en su primer encuentro, ante el seleccionado de Australia. Después obtuvo el título.
¡Estrellados! Con esa palabra tituló ayer la edición digital del diario español Marca, luego de la caída del seleccionado europeo.
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