La efectividad de sus jugadores dio alas al Valencia y le reconcilió con su afición tras más de dos meses sin ganar en casa, en un partido en el que el Rayo Vallecano encontró demasiado castigo para el juego que desplegó.
El Valencia se encontró con el gol que le faltó en otros encuentros y aunque durante muchos minutos su rival controló el juego, las acciones de contragolpe de los locales sirvieron para golear en un partido táctico hasta el cuarto de hora final y con muchas alternativas en los últimos minutos.
El Rayo impuso su ley desde bien pronto ante un Valencia espeso. Con una defensa de tres centrales, el equipo madrileño fue capaz de asfixiar desde el principio a su rival gracias a su presión intensa.
El Valencia no podía pensar y le costaba crear fútbol, por lo que sus opciones de peligro se produjeron casi siempre gracias a jugadas a balón parado.
Pese a ello, casi ninguna fue clara, de la misma forma que la consistencia defensiva del Rayo no se vio acompañada de contragolpes de peligro, puesto que casi todas sus aproximaciones al área local acababan con centros lejanos que Guaita neutralizaba sin problemas.
El partido, sin ritmo, se aproximaba más a los deseos del Rayo que del Valencia, incapaz, sin ninguno de sus dos "nueves" habituales (Roberto Soldado y Aritz Aduriz) de aprovechar alguno de los centros que llegaban al área.
El principal sobresalto fue la lesión de Mikel Labaka (m.30) en un choque con Arribas. Fue retirado en camilla y entró Trashorras para jugar de medio centro, por lo que Diamanka pasó a la posición de central marcador y Arribas a la de hombre libre que ocupaba Labaka.
El primer tiempo se cerró con una jugada aislada en la que Fegholui remató de cabeza, Joel desvió en una gran intervención y Jonas puso el 1-0 con el que el Valencia encontró un premio apenas merecido antes de marchar al vestuario.
Con la entrada de Tamudo tras el descanso, el Rayo empezó a jugar con cuatro defensas para tratar de nivelar el marcador y, además de mantener su presión sobre el rival, se hizo con la pelota.
El Valencia no se entonaba y el Rayo se mostraba suelto, aunque con poca llegada. Para tratar de que su equipo se hiciera con las riendas del encuentro, el técnico local, Unai Emery, dio entrada a Dani Parejo en lugar de Tino Costa.
No recuperó el control del juego el Valencia, pero fue capaz de aprovechar sus opciones a la contra y una penetración de Feghouli, en la primera llegada de los locales tras el descanso, acabó con el 2-0, marcado por Jordi Alba.
Duró poco la ventaja. Un error defensivo local dos minutos después propició el 2-1 al aprovechar Diego Costa un pase de Michu. Nada había cambiado en el marcador, pero el partido se revolucionó. Sobre todo a partir del más que dudoso penalti de Arribas a Feghouli, en una acción en la que el defensa primero tocó el balón.
Jonas marcó el 3-1 y Tamudo pudo hacer el 3-2, pero la parada de Guaita fue magnífica. El partido había cobrado el interés que no tuvo hasta entonces, con un gol anulado a Ricardo Costa al considerar el árbitro que hizo falta en el salto antes de cabecear.
Poco después un remate de Pablo, que había fallado en el gol del Rayo, cerró el partido y abre la posibilidad de que el Valencia recupere la tercera posición de la Liga.
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