domingo, 1 de abril de 2012

Villarreal 0 - 0 Espanyol

Villarreal sigue sin saber como escapar de la zona de la complicada, al empatar (0-0) con un buen Espanyol en el Madrigal.

Los locales no hicieron su mejor partido y se encontraron a un rival serio y correoso, que se mostró superior en muchas fases del encuentro.
Al final un empate a cero que no vale a ninguno de los dos y que estuvo marcado a su vez por tres jugadas polémicas. Concretamente dos goles anulados, uno por equipo y un posible penalti a Borja Valero.
El Villarreal no se encontró cómodo en los primeros cuarenta y cinco minutos, a pesar de que las dos ocasiones más claras fueron para los locales.
Los de Miguel Ángel Lotina empezaron temerosos y más a la espera de ver que hacía su rival que a dominar el juego y llevar el peso del mismo. Este hecho invitó al Espanyol a sentirse protagonista y cómodo en el campo, desde el principio.
Aunque en los primeros veinte minutos, ninguno de los dos equipos logró generar peligro de verdad en las áreas.
Las llegadas y las buenas sensaciones las protagonizaron los visitantes, que con Verdú muy suelto, salieron con facilidad al contragolpe, pero sin llegar a encontrar portería.
Mientras, el Villarreal espeso con la pelota y muy lejos del área, apenas inquietó a Casilla. Y con esas llegó el primer remate claro del partido, que Uche no pudo dirigir con claridad, saliendo la pelota muy cercana al palo de Diego López.
Parece que ese aviso despertó al equipo castellonense, que tuvo en tres minutos, las dos ocasiones más claras. La primera a la media hora, cuando Ruben rebañó un balón que se le había escapado a Casilla de las manos en un remate de cabeza, pero el tanto fue anulado.
Tres minutos más tarde, fue Dídac el que salvaba de la misma línea el que ya se cantaba como gol de Cani, tras un buen remate de cabeza que había superado al guardameta Casilla.
La segunda parte comenzó igual que la primera con un Espanyol muy vivo y muy rápido, que le complicó la vida en cada robo a los de Lotina. Así a los tres minutos de esa segunda parte llegaron las ocasiones, primero de Uche que solo ante Diego López, no pudo superar al portero, el rechace le llegó a Dídac Vila, quien con el arquero batido no supo rematar con acierto.
El Villarreal no supo como superar la presión de su rival y se las deseaba, para llegar al área contraria. Tan solo en balones parados y jugadas aisladas pudo el equipo de Lotina generar alguna opción de peligro en el área de Casilla.
Cerca del minuto 70, llegó una de las jugadas más polémicas del partido, ya que se pidió un penalti a Borja Valero de Raúl Rodríguez. Los aficionados reclamaron de forma insistente la pena máxima.
Después llegaron los minutos en los que el partido se abrió un poco más, con llegadas en ambas áreas.
En una de ellas llegó otro gol que no subió al marcador, en esta ocasión, cuando se le cayó de las manos un balón a Diego López que remachó Dídac Vila, pero la jugada fue anulada por el árbitro, por una supuesta falta al portero local.
A partir de ese momento, el Villarreal jugó a guardar lo que tenía, sin arriesgar ni buscar el resultado a la desesperada. Y es que viendo la situación, el control del partido era más del Espanyol que jugó con mayor tranquilidad y dominio de la situación.

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