A Marcelo Bielsa y Diego Simeone les une el pasado y los enfrenta el presente.
Los dos técnicos dirimirán el otro "derbi" de la final de la Liga Europa, que se disputa el miércoles en Bucarest. Un duelo entre los clubes españoles Athletic de Bilbao y Atlético de Madrid, que enfrenta a entrenadores argentinos de personalidad arrolladora y conceptos futbolísticos diferentes.
Uno de los dos se convertirá en el primer técnico argentino en ganar esta competición, el segundo torneo más importante de Europa tras la Liga de Campeones.
La importancia del partido y el carácter de los dos entrenadores quedaron retratados hace unos días, cuando Bielsa desveló que había pactado con Simeone no volver a hablar hasta un mes después de la final.
"Acordamos no dirigirnos la palabra", dijo Bielsa.
Del "Loco" Bielsa (56 años) al "Cholo" Simeone (42) media una generación. Los dos coincidieron en la selección argentina como entrenador y jugador. Sus carreras se han cruzado de nuevo en España, donde ahora son ídolos de los banquillos.
Simeone fue un jugador esencial en la Argentina que dirigió Bielsa entre 1998 y 2004. La selección brilló en las eliminatorias sudamericanas, pero fracasó en el Mundial de Corea y Japón de 2002, donde no superó la fase de grupos.
En 2004, ya sin Simeone en la plantilla, Bielsa condujo a Argentina a la final de la Copa América, en la que cayó contra Brasil en una dolorosa definición por penales.
De aquellos tiempos, quedó un profundo respeto y admiración mutua, tal y como ambos han reconocido estos días en las múltiples comparecencias de prensa a las que obliga la UEFA.
"No tiene nada de loco. Es un grande", señaló Simeone. "Me pone muy contento que dos técnicos argentinos nos enfrentemos en una final europea".
"Le tengo admiración", admitió Bielsa sobre su rival del miércoles.
El camino de ambos hasta llegar a Bucarest ha sido muy diferente.
Tras su exitoso paso por la selección de Chile, Bielsa se dio una nueva oportunidad en Bilbao. El reto no era fácil. Se trata de un equipo de una filosofía muy especial basada en la cantera. La plantilla la conforman únicamente jugadores del País Vasco y el norte de España y los técnicos foráneos no siempre lo han tenido fácil en esa plaza.
Después de un comienzo complicado, las piezas de Bielsa comenzaron a encajar. Además de la Liga Europa, el conjunto bilbaíno disputará la final de la Copa del Rey contra el Barcelona el 25 de mayo.
El método del argentino y el juego ofensivo del Bilbao han cosechado elogios en todo el mundo. Y, lo más importante, la afición adora a Bielsa, quien tiene la oportunidad de dar al equipo vasco el primer título europeo de su historia y el primer trofeo importante desde 1984.
"Me preocupa la velocidad que tienen. Me preocupa la verticalidad, la recuperación de la pelota y el ataque rápido", resumió Simeone sobre su rival.
Lo de Simeone con el Atlético de Madrid es un idilio que viene de lejos. En sus años como jugador rojiblanco, el argentino fue partícipe del histórico doblete de Liga y Copa de la temporada 1995-96.
El argentino acaba de iniciar su andadura como entrenador en la capital española. Llegó a mitad de temporada en sustitución de Gregorio Manzano. Con Simeone al mando, el Atlético ganó todos los partidos de la Liga Europa, ocho en total, hasta llegar a la final y, aunque lo tiene difícil, peleará la cuarta plaza en la liga española en la última jornada, lo que le daría acceso a la Liga de Campeones.
Los dos se medirán en Bucarest con las armas que les han hecho diferentes y muy queridos en España. De Bielsa, se sabe casi todo. Su "locura" y pasión por la pelota, sus métodos de entrenamiento, su obsesión por el fútbol ofensivo.
Simeone ya ha empezado a imprimir un sello personal al Atlético de Madrid. Aguerrido, contundente, sólido en defensa y letal al contraataque, el equipo refleja como una gota de agua el carácter de su entrenador.
"Espero un equipo muy combativo, muy parecido a la forma que tenía Diego (Simeone) de jugar", afirmó Bielsa.
Dos conceptos de juego diferentes, pero complementarios, para una final que se presenta apasionante en el campo, con jugadores como el colombiano Radamel Falcao o el español Fernando Llorente.
"Jugar bien es ganar. Es mejor jugar bien que jugar bonito, porque no es lo mismo", explicó Simeone sobre su filosofía.
"Atacar mucho y luego recuperarla (la pelota) con la ilusión de volver a atacar", dijo Bielsa en una ocasión sobre su concepto futbolístico.
El espectáculo está servido.
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