El Sporting de Gijón logró una sufrida victoria en El Molinón, con dos goles de Sangoy, el primero de penalti, ante un Betis que dominó el centro del campo sin saber llegar al área con bastante peligro, y consiguió llegar a la última jornada con posibilidades de mantenerse en Primera.
El Sporting inició el partido con ganas y en los seis primeros minutos llegó al área bética en tres ocasiones, con una internada de Mendy por la derecha y otras dos de Colunga por la izquierda que acabaron en córneres, que se botaron sin consecuencias, pero dieron al equipo local el control de los primeros compases.
La primera clara ocasión, sin embargo, fue para el Betis en un contraataque conducido por Rubén Castro, quien se plantó en la esquina del área pequeña y cruzó en exceso ante Juan Pablo, jugada a la que siguió otra del equipo visitante con un tiro que se fue alto de Nono.
En el minuto 11, un disparo a puerta desde lejos fue detenido por Amaya con las manos, Velasco Carballo señaló pena máxima y tarjeta amarilla, y el Sporting se adelantó en el marcador al convertir en gol el penalti Sangoy con un tiro bajo, a la derecha de Casto.
Tras el gol, el Betis comenzó a tomar más iniciativa en el centro del campo y tuvo un par de tiros lejanos que detuvo Juan Pablo, uno de ellos con ayuda del larguero, tras una volea de Rubén Castro.
Un centro al área de Trejo y un córner dieron unos minutos de respiro al Sporting mediada la primera parte, pero el Betis poco a poco fue trenzando jugadas y adueñándose del balón ante los nervios de los locales.
El Betis llegó varias veces al área, con un centro de Sevilla con el que se hizo el guardameta por alto, después una bonita pared hilada entre Rubén Castro y Nacho, y luego con un disparo potente de Pozuelo.
Los locales trataron de echarse arriba, con Mendy muy incisivo en el extremo derecho, que permitieron un remate de Colunga en el área pequeña y minutos más tarde una preciosa chilena de Óscar Trejo.
La última jugada de la primera parte fue un despliegue de velocidad por la banda izquierda de Rubén Castro, cuyo disparo lo detuvo Juan Pablo, el rechace en la frontal lo cazó Pozuelo, que disparó y su tiro fue desviado sobre la marcha por Molina para batir al portero y dejar un justo empate a uno en el marcador al descanso.
Tras el intermedio, el Betis jugó al toque en el centro del campo de forma que llevó a los silbidos al público de El Molinón, que veía a su equipo dominado, y con un disparo de Sevilla desde fuera el área que detuvo Juan Pablo, aunque minutos después el Sporting buscó con ganas y Mendy disparó a puerta, con la afición alentando de nuevo.
Así, venido arriba, el Sporting llegó al área en una larga jugada en la que Sangoy recibió dentro del área por la derecha y se la dio a Colunga, que se la devolvió en una pared de libro para que Sangoy hiciese gol con un fuerte disparo a media altura y colocase el definitivo 2-1.
El Betis trató de reponerse y un tiro con peligro de Molina permitió lucirse a Juan Pablo.
Abelardo, que hoy dirigía al Sporting por la sanción de Javier Clemente, dio entrada a Nacho Cases por Colunga, mientras Pepe Mel contestó con un doble cambio -Montero y Pereira por Sevilla y Molina- para renovar su ataque; mientras que una lesión de Mendy, sacado en camilla minutos después, hizo que Mate Bilic saltara al terreno.
El Betis disponía de más tiempo el balón pero el Sporting conseguía más llegadas al fondo visitante, como una del lateral Ayoze que disparó desde lejos y paró Casto u otras dos jugadas que culminó ambas el recién incorporado Cases, una entre palos y la otra rasa fuera.
Muy aplaudido fue el bigoleador Sangoy al ser sustituido por Rivera, mientras que Mel también agotó los cambios a falta de un cuarto de hora, dando entrada a Sergio por Nono, ante el dominio local, en el marcador y cada vez más también en el juego, aunque más a trompicones que con consistencia.
Paulao, por la banda izquierda, creó dos buenas acciones con varios regates que aproximaron a los sevillanos al área gijonesa, con un Sporting que cerraba poco a poco filas.
Juan Pablo tuvo que esforzarse en una estirada tras una falta botada al área sin remate, pero, pese a los minutos finales de nervios en la grada y apuros para el Sporting, el final del partido fue celebrado con algarabía entre el público, sabedor de que la derrota del Rayo en Sevilla permite a los gijoneses llegar a la última jornada con posibilidades de salvación.
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