Una victoria incontestable contra el Villarreal (3-0) reactivó al Atlético de Madrid, que se reencontró con el triunfo bajo el 'efecto Simeone' y con el mejor partido en meses en el Vicente Calderón, transformado en tres puntos con dos goles del colombiano Radamel Falcao y uno del brasileño Diego Ribas.
El equipo, invicto desde la llegada del técnico argentino y que cerró una racha de tres choques sin ganar, volvió a conectar con su afición y a disfrutar con un encuentro notable, en el que no concedió ni una opción al conjunto castellonense, que completó un duelo lamentable, con apenas un par de disparos a portería.
Porque el Atlético confirmó su reacción. A los prometedores síntomas defensivos del pasado sábado en Málaga, en el estreno del argentino Diego Pablo Simeone, hoy le sumó fútbol, posesión de pelota, movilidad, profundidad e ingenio en ataque para configurar uno de sus partidos más completos de toda la temporada.
Ha crecido el equipo rojiblanco y sus futbolistas, como el portugués Tiago Mendes, relegado al banquillo o la grada, según el día, por Gregorio Manzano en sus últimos ocho duelos en el cargo, Gabi Fernández, el brasileño Diego Ribas o el turco Arda Turan, jugadores llamados a un papel fundamental en el actual proyecto.
También Juanfran Torres, hoy en el lateral derecho por la baja por sanción del colombiano Luis Perea, y profundo por la banda y hábil en el regate, adquirió un rol importante en el juego ofensivo del Atlético, que se sintió el dueño absoluto del choque desde el primer hasta el último minuto.
Todos cortaron, presionaron y crearon juego, sobre todo el centro del campo, que funcionó a alto rendimiento y le dio un salto cualitativo al conjunto rojiblanco, que apenas sufría en defensa -el Villarreal no pisó el área hasta el minuto 36, en una jugada de Borja Valero- y que disfrutaba con el balón en sus pies.
Hacía tiempo, allá por mediados de septiembre, que el Atlético no protagonizaba un encuentro tan notable. Su primera parte fue muy buena ante un Villarreal ahogado en la insistente presión de su oponente, sin capacidad para trenzar una jugada mínimamente relevante y que se marchó al descanso sin ninguna ocasión.
Por ese momento ya mandaba el Atlético en el marcador. En el minuto 40, después de que un puñado de pases fenomenales de Diego y Arda Turan hubieran terminado sin recompensa en forma de gol, Tiago envió un pase magnífico desde el borde del área, a la espalda de la defensa y a la entrada de Adrián López, que cedió al colombiano Radamel Falcao. El ariete, con algo de suspense, empujó el 1-0.
Sin noticias del Villarreal, anulado en toda la primera mitad y con dos cambios en sus filas -entraron al terreno de juego Mateo Musacchio y Gonzalo Castellani- y con ventaja del Atlético, que ponía fin a una racha de tres encuentros oficiales seguidos sin marcar, arrancó una segunda parte también con color rojiblanco.
El Atlético sentenció el duelo de inmediato a través de un penalti que por centímetros había sido fuera del área. El árbitro vio dentro la falta cometida sobre Falcao tras un taconazo de Adrián y el colombiano, con un lanzamiento raso junto al poste, transformó el 2-0. Un gol para sellar la tranquilidad del conjunto rojiblanco.
Ya no hubo dudas sobre el triunfo del Atlético, porque no bajó el ritmo, porque dispuso de unas cuantas oportunidades más -los reflejos de Diego López y la falta de puntería evitaron una goleada mayor-, y porque hizo el 3-0, por medio de Diego, ante un Villarreal decepcionante y sin recursos para anular el 'efecto Simeone'.
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