- El Barcelona alcanzó las semifinales de la Copa del Rey al eliminar al Madrid por el cómputo de 4-3, tras empatar el miércoles a la noche (2-2) en un partido vibrante.
La mejor versión del Madrid en el repertorio de clásicos de estos últimos años no tuvo su premio, que cayó en manos de un Barcelona irreconocible, que desperdició una ventaja de 2-0 y acabó sufriendo lo impensable hasta el final del partido.
Salió como un ciclón el Madrid, que quería comerse al Barça para darle un golpe con el que equilibrar el partido. Su actitud en la guerra de los espacios, que ganó ampliamente, le permitieron jugar los mejores minutos de los últimos clásicos.
El Barça, en cambio, se vio en un verdadero partido de copa con el balón de ida y vuelta y sin tenerlo demasiado en los pies. Pronto se tradujo la rabia que tenía el Madrid en un acelerón sobre la meta azulgrana.
De hecho, no le costó demasiado esfuerzo, ya que en un error gravísimo de Alves al ceder el balón a Piqué, éste lo dejó pasar e Higuaín se encontró con la opción más clara de las muchas que ha dispuesto en su carrera. En el mano a mano con Pinto, envió fuera el remate.
No se amilanó el Madrid con ese error, aunque Higuaín mostró que tenía la pólvora mojada. A los dos minutos, desperdició una nueva opción de marcar. En el acecho madridista, Cristiano desde fuera del área lo intentó con un disparo a la media vuelta y a los diez un contragolpe, como el que resolvió hace una semana el portugués en el Bernabéu contra el Barça, en esta ocasión acabó con el balón controlado por Pinto, a disparo de CR7.
Hacía partidos, meses, que al Barcelona no lo bailaban como el Madrid estaba logrando someter a su rival. Balones largos de primera jugada buscando a Alexis para que se pelease en el eje de la defensa rival evidenciaban que el Barça ni estaba por la labor ni mucho menos podía ordenar cuatro ideas para tomar el control del balón.
El Madrid, con los espacios reducidos en acciones defensivas y tapando cualquier línea de pase azulgrana, se sintió cómodo. Viendo la cadencia de sus acciones ofensivas, confió que el gol estaba a punto de llegar. Éste pudo presentarse en un disparo sensacional de Ozil desde unos 30 metros, que acabó con el balón estrellado en la madera.
A continuación, Pinto volvió a estar espléndido en un remate madridista, no así a poco de llegarse a la media hora, cuando se enredó con un balón, con el fin de no jugarlo al tuntún, lo perdió ante Higuaín, que confirmó su negación fallando otra acción clara.
El Barcelona encontró sus mejores momentos en la recta final de la primera parte, cuando la magia le llegó a los pies de un ensombrecido Messi. El argentino realizó uno de sus eslalon marca de la casa, entregó el balón en la frontal a Pedro, que había entrado por el lesionado Iniesta, y colocó el balón a la derecha de Casillas (1-0).
El picotazo hizo daño a un Madrid que no había tenido casi ni una fisura. El herida se abrió un poco más en el añadido, cuando Lass se jugó la roja en una falta que cometió en el lateral del área del Madrid. El Barcelona la ejecutó sin suerte, el balón acabó en el otro vértice por donde apareció Alves, que metió la pelota por la escuadra (2-0).
En la segunda parte, con todo a favor del Barcelona, los de Josep Guardiola siguieron sin encontrar el tono con el balón, que acostumbra a practicar. Enfrente, el Madrid siguió sin amilanarse. Pudo haber dado un paso en firme en un gol que marcó Sergio Ramos, pero el árbitro se lo anuló por haber echado al suelo antes del remate a Alves. Una nueva acción protestada en el área, después de dos posibles manos de Busquets y Abidal.
A pesar de la desventaja en la eliminatoria, el Madrid hizo el último gesto para sacar algo de un partido en el que había invertido mucho en ataque. Entró Benzema y Callejón en el 61 y a los 68 Ronaldo, en una acción de técnica, logró el primer gol al gambetear a Pinto (2-1).
Un error de Piqué tres minutos después, dejó el balón a Benzema dentro del área y el francés no desaprovechó la ocasión para empatar el partido (2-2) y hacer el trabajo productivo que fue incapaz de ejecutar en la primera parte. Con este tanto, el Barça pasó por su peor momento, al ser consciente de que un gol del rival le echaba de la Copa. Al Madrid le quedaba un cuarto de hora para la proeza.
Pero las fuerzas llegaron hasta donde llegaron y el Barcelona, pese a sufrir y pedir la hora, tuvo tres claras acciones para desnivelar el tanteador, con dos acciones de Messi y un remate de cabeza a placer de Pedro en el 90, poco antes de que el Madrid perdiese a Ramos, que vio la segunda amarilla.
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