Espanyol está acostumbrando a su afición a partidos cardiacos y esta noche, en la ida cuartos de final de la Copa del Rey, dio la vuelta a un 0-2 ante el Mirandés con tres goles en los seis minutos finales gracias a Weiss, Rui Fonte y Verdú.
El conjunto burgalés, de Segunda División B, supo aguantar bien el partido y jugó sin complejos a los catalanes. El partido era de los locales hasta que dos errores graves facilitaron sus tantos, primero de Arroyo y después de Pablo Infante. El Mirandés suplió el cansancio de la segunda parte con disciplina, rigor y épica.
Un tiro de Romaric desde 20 metros fue el primer aviso del Espanyol ante el Mirandés a los seis minutos. Cualquier despiste defensivo del bloque burgalés suponía una ocasión para los locales. Incluso Forlín, que llegó desde el doble pivote, probó fortuna en el minuto 11. Del ataque visitante, de momento, no había noticias.
Álvaro tuvo una ocasión clarísima en la siguiente jugada. El delantero centro, muy cerca del área pequeña, remató con el exterior un pase desde la izquierda de Thievy. El balón fue a las manos del portero. El acoso local era constante. La afición burgalesa cantaba "¡Sí se puede!", pero el rival no llegaba arriba con claridad.
Pese a todo, la presencia del Mirandés en el campo del Espanyol era cada vez mayor. La zaga catalana solucionaba los avisos con solvencia, pero a Alain Arroyo le bastó un error de concentración para enfriar Cornellá. El delantero le ganó la espalda a la defensa y superó con un tiro cruzado el mano a mano con Casilla.
En el descanso, el discurso del técnico surtió efecto y tras la reanudación Romaric mandó un balón al palo. El Mirandés, por su parte, no especulaba con el resultado. La apuesta ofensiva era la misma que antes y su insistencia acabó con Pablo Infante en el suelo dentro del área, pero el colegiado no señaló penalti.
El físico de los burgaleses empezó a pasar factura a partir del minuto 60. El Espanyol acorraló al bloque visitante en su área, pero le faltó definición. Thievy falló una buen ocasión tras una excelente contra iniciada por Verdú. El extremo francés se fue de la defensa por potencia en el 62 aunque su disparo no fue entre los tres palos.
La defensa del Mirandés estaba demasiado bien planteada y su disciplina compensaba el desgaste. Pochettino quería romper esa muralla como fuera y sacó al portugués Rui Fonte, el único revulsivo ofensivo que le quedaba en el banquillo. Dídac se fue al banquillo y los catalanes buscaron el empate con una zaga de tres.
Pero como ocurrió en el primer gol, un error de la defensa local volvió a dar alas a los pupilos de Carlos Pouso. Esta vez fue Amat, en el 78, el que regaló el balón a Pablo Infante dentro del área y el delantero, banquero cuando no se viste de corto, picó con elegancia y precisión la pelota. Era el 0-2: parecía la sentencia.
Aunque lo mejor del Espanyol vino al final. Weiss maquilló el marcador seis minutos después de jugada personal. El eslovaco, uno de los más activos durante todo el duelo, regateó hasta al meta. Justo después, Rui Fonte empataba tras un pase en el área pequeña de Romaric, y Verdú ponía el 3-2 con un tiro desde la frontal en el último minuto del choque.
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