El CD Mirándes, de la Segunda División B española, ha logrado una histórica clasificación para los cuartos de final de la Copa del Rey, tras empatar a uno en El Sardinero ante un Racing de Santander que en ningún momento se mostró superior y fue incapaz de remontar el 2-0 de la ida.
Como habían anunciado en los días previos, los técnicos del Racing, en esta ocasión con Fede Castaños a la cabeza por la sanción de Juanjo González, pusieron en el campo el mejor once posible para tratar de dar la vuelta a la eliminatoria en El Sardinero, ante un Mirandés que llegó a Santander arropado por casi dos mil aficionados rojillos.
Con la premisa de meter un gol rápido para meterse en la eliminatoria, el Racing comenzó el partido apretando en el campo del Mirandés, pero el conjunto burgalés, muy ordenado en el terreno de juego, no permitía que los cántabros se acercaran a la portería defendida por Nauzet.
Poco a poco el Mirandés comenzó a tocar más el balón y a hacerse con las riendas del partido y, así, pasado el primer cuarto de hora, Pablo Infante, tras una brillante jugada personal, estuvo a punto de batir a Mario por bajo y conseguir el primer tanto del encuentro.
Pasaban los minutos y mientras que al Mirandés le bastaba con dejar pasar el tiempo, el Racing de Santander cada vez parecía más desdibujado en el campo y su única alternativa en el ataque eran las acciones a balón parado.
Hasta que en el minuto 34, Munitis, a pesar de trastabillarse, aprovechó un gran pase del griego Tziolis, y marcó con la puntera el primer gol del Racing. El tanto espoleó a los locales, que veían más cerca la remontada, y en los minutos siguientes, hasta el final de la primera parte, los cántabros trataron de cercar el área del Mirandés en busca del segundo.
La segunda parte comenzó con polémica ya que, a los diez minutos de la reanudación, el central colombiano Bernardo fue expulsado al ver dos amarillas en apenas cinco minutos, la segunda de ellas por entender el colegiado que había soltado un codazo a un contrario en una disputa aérea.
Fede Castaños se vio obligado a introducir en el campo a Christian en lugar de Munitis para reorganizar al equipo y los cántabros parecieron querer ir a buscar el 2-0, a pesar de estar con uno menos.
Sin embargo, corría el minuto 72 del encuentro cuando Pablo Infante aprovechó un nuevo error de la zaga del Racing y se internó en el área, donde fue derribado por Tziolis. El propio Infante transformó el penalti e hizo enmudecer El Sardinero, a excepción de los dos mil aficionados rojillos que veían como se hacía realidad su sueño de seguir adelante en la Copa.
En ese momento se acabó el partido, ya que en lo que quedaba de encuentro se vio patente la impotencia del Racing y el Mirandés se limitó a controlar el balón, aunque, incluso, pudo lograr algún gol más.
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