Un gol en propia puerta de Iñigo Martínez a ocho minutos del final echó por tierra la disciplina de la Real Sociedad y dio el triunfo por 1-0 al Getafe, que acabó con el maleficio en su estadio y dio un paso más hacia la permanencia en Primera División.
Un centro del marroquí Abdel Barrada obligó al meta chileno Claudio Bravo a un desafortunado despeje que rebotó en su compañero Iñigo Martínez. El balón entró en la meta visitante. Fue con la contribución del azar o el infortunio como el balón penetró en una portería. Nada hacía pensar que eso podía ocurrir hasta ese momento. En un choque espeso. Con ambos equipos abocados al empate.
Fue, tras los tres puntos en Villarreal, la segunda victoria consecutiva del Getafe, que no ganaba en el Coliseum desde que se impuso al Granada el 11 de diciembre del pasado año. Los tres puntos le sosiegan en la tabla. Ahora por encima de su rival, que desperdició una buena ocasión para acercarse a su continuidad en la categoría.
Espeso y sin ritmo, el partido careció de dominador. El balón se estancó mucho tiempo en el centro del campo, aunque ni el Getafe ni la Real fueron capaces de dar pausa al juego ni de elevar su apuesta.
La condición de local no estimuló al equipo madrileño, que se vio contra las cuerdas al cuarto de hora, cuando el mexicano Carlos Vela tiró fuera un rechace de Miguel Ángel Moyá tras un centro de Íñigo Martínez.
En medio de un fútbol enredado, la Real decidió inclinar el juego hacia el campo del Getafe. David Zurutuza y el francés Antonnie Griezmann fueron un peligro para la zaga azulona, desbordada en ocasiones por el juego entre líneas de su rival.
La falta de acierto visitante y Moyá evitaron un disgusto para el Getafe, incapaz de encontrar las bandas ni de adueñarse del balón. Aún así, tuvo la ocasión más clara de todas. A siete minutos del descanso, una buena combinación del marroquí Abdel Barrada con Miku fue incomprensiblemente desperdiciada. El venezolano, a tres metros del portero, que iniciaba su caída, lanzó el balón a la grada.
El Getafe mejoró a la vuelta de vestuarios. Acentuó la presión y desarboló a la Real. El central Alexis Ruano dispuso de dos ocasiones. Una tras un córner y otra, en la que llegó a rematar, alto, como respuesta a un pase de Pedro León, al que se le acumuló el trabajo al inicio de la segunda parte.
Fue un espejismo. Las dudas regresaron al Getafe y el choque quedó en vilo. Con las fuerzas más justas y al amparo del que fuera algo certero.
La entrada al campo de Dani Güiza por Miku y la respuesta donostiarra de Diego Ifrán por Vela apenas cambiaron el panorama. No estaba en las puntas el problema.
En pleno vaivén de juego llegó la acción de fortuna del Getafe. Iñigo Martínez marcó en su meta y el equipo madrileño, cuando menos lo esperaba, salió con tres puntos que llenan de aire su futuro.
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