Getafe venció en el Madrigal por dos goles a uno y con ello pega un paso de gigante de cara a la salvación, mientras que deja al Villarreal muy tocado y con muchos problemas. Los castellonenses nunca estuvieron cómodos en el campo y se vieron sorprendidos por un Getafe serio y muy contundente en sus llegadas al área.
Villarreal y Getafe afrontaban un partido que suponía una buena dosis de tranquilidad para el que lograra la victoria, aunque ésta era más importante para los locales, que estaban mucho más obligados en la clasificación. Cinco minutos necesitó el Getafe para ponerse por delante. Y es que en la primera contra del equipo madrileño, fue Diego Castro el que fusiló en solitario a Diego López, tras una contra perfecta de su equipo.
Un mal inicio que pudo cambiar al cuarto de hora, cuando una internada de Jaume Costa acabó con una pena máxima de Míchel en el área del Getafe. Pero Borja Valero lanzó el penalti de manera inocente, para que Moya parará sin problemas.
Así se llegó hasta la recta final de la primera parte, en la que parecía complicado que cambiaran las cosas. Sin embargo, Nilmar transformó un penalti a los cuarenta y cinco minutos.
La segunda parte comenzó con un Villarreal más activo y con una clara predisposición de buscar a su rival en su área, pero sin llegar con claridad. Ambos equipos, conscientes de la importancia del encuentro peleaban cada balón y cada jugada.
El marroquí Abdel Barrada, a los setenta y dos minutos, logró, tras una gran jugada de su equipo dentro del área pequeña, el segundo tanto del Getafe. Un gol que cayó como una losa, para un equipo local muy nervioso que buscaba a la desesperada el empate, que finalmente no logró.
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