El delantero uruguayo Walter Pandiani, que salió como último recurso para arreglar el entuerto en el que se había metido el Espanyol, logró en la prolongación del partido el empate a un tanto que deja al Betis con la miel en los labios cuando creía que volvería a reencontrarse con la victoria.
Los béticos, pese a todo, se quedan a siete puntos del descenso gracias al favor que indirectamente le ha hecho su eterno rival, el Sevilla, en Santander, y los espanyolista se alegran por llevarse un punto que tenía perdido pero que no sirve de mucho en las aspiraciones de volver a Europa.
El equipo del argentino Mauricio Pochettino buscó en el Benito Villamarín una victoria, la tercera consecutiva, que le asentara entre los aspirantes a jugar la venidera campaña en la Europa League o incluso a una cuarta plaza en la tabla que le metiera en la previa de la UEFA Champions League.
Así, la formación barcelonesa mandó en el inicio de la contienda con la defensa adelantada y con la distribución del juego por los dos extremos sin que el conjunto sevillano lograra tomar la iniciativa que habitualmente le gusta llevar en todos los encuentros y más ante sus seguidores.
Los verdiblancos se tomaban el partido como una 'final' para romper una mala racha en la que han sumado uno de los últimos doce puntos disputados y que aún le tiene más cerca de lo deseado de la zona de descenso, pero le costó arrancar.
El partido transcurrió sin ningún sobresalto en las porterías y con solo destellos de calidad del brasileño Coutinho, quien por el costado izquierdo del Espanyol mostró velocidad e intenciones.
Una caída del ecuatoriano Jefferson Montero por un presunto empujón en el área visitante y una falta de definición del portugués Rui Fonte tras pase de Coutinho en el área local fue el pobre bagaje ofensivo cuando el encuentro se acercó al descanso, al que se llegó con el previsible empate a cero pese a que los de Pepe Mel se despejaron un poco en los últimos minutos y en un par de aproximaciones hicieron moverse algo a la defensa del Espanyol.
Tuvo que pedirle el técnico madrileño del Betis en los vestuarios algo más de intensidad a los suyos porque los locales parecieron más enchufados y el central brasileño Paulao Santos, de cabeza, hizo intervenir por primera vez en el partido al meta Kiko Casilla y segundos después fue el centrocampista Beñat Etxebarria el que también lo intentó con un remate que se le fue desviado.
Mel, incluso, dio pronto entrada a otros dos jugadores de ataque, Jonathan Pereira y el canterano Alejandro Pozuelo, para tener más opciones de encontrar el 1-0 ante un rival que ahora le costó controlar la situación pese a que el centrocampista marfileño ex del Sevilla Ndri Romaric quiso estar participativo y darle juego a sus compañeros.
Dos remates del propio futbolista africano, uno de libre directo, y un pase de éste a Coutinho, con disparo alto del brasileño, fueron los avisos de los visitantes, pero el fruto lo sacó el Betis en un pase por la derecha de Jonathan Pareira que conectó perfectamente con la cabeza Rubén Castro para batir a Casilla.
Pochettino hizo ingresar rápidamente al campo a Pandiani para apretar al máximo en busca de recobrar, al menos, un punto, y el defensa Dídac Vilá estuvo muy cerca de conseguirlo en un partido que se convirtió de ida y vuelta en sus últimos minutos y en el apareció el delantero uruguayo para poner el empate en la prolongación.
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